Category : Angustia Pánico Agorafobia

Ataque de Pánico


Ataque de Pánico vuelve a ser el nombre que recibe oficialmente lo que hasta hace poco se llamaba Crisis de Angustia y que muchos nos habíamos acostumbrado a llamar «Ataque de Ansiedad».

El actual criterio diagnóstico oficial DSM-V de la APA dice que un Ataque de Pánico (o Ataque de Ansiedad) consiste Ataque de Pánicoen: la aparición súbita de miedo intenso o malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos y durante este tiempo se producen 4 o más de los síntomas siguientes: 

  1. Palpitaciones o aceleración de la frecuencia cardiaca.
  2. Sudoración.
  3. Temblor o sacudidas musculares.
  4. Sensación de dificultad para respirar.
  5. Sensación de ahogo.
  6. Dolor o molestias torácicas.
  7. Nauseas o malestar abdominal.
  8. Mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
  9. Escalofríos o sensación de calor.
  10. Parestesias (entumecimiento u hormigueos).
  11. Desrrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).
  12. Miedo a perder el control o volverse loco.
  13. Miedo a morirse.

Además, el propio manual diagnóstico comenta: se pueden observar síntomas específicos de la cultura (ejemplo: acúfenos, dolor de cuello, dolor de cabeza, gritos o llanto incontrolable).

Muchas personas que sufren un Ataque de Pánico acuden a urgencias, y a la mayoría se les informa sobre esto, pero mientras que el abordaje inmediato oportuno puede ser la medicación, a medio y largo plazo es necesaria una psicoterapia para identificar y tratar las causas de este (nunca es fortuito) así como sus consecuencias (un Ataque de Ansiedad puede constituirse como un trauma en sí mismo y generar síntomas añadidos de Ansiedad como los característicos de la Agorafobia).

Tratamientos de Psicoterapia recomendados en caso de Ataque de Pánico:

EMDR (leer más: http://www.akapsico.com/emdr/)

Psicología Energética (leer más: http://www.akapsico.com/psicologia-energetica/)

Pánico: Fisiopatología de la Angustia I


Uno de los mayores males que asedian al paciente de pánico es la interpretación catastrofista de sus propias sensaciones corporales.

Es fundamental en el tratamiento de este tipo de pacientes una psicoeducación que incluya una detallada explicación sobre el origen y formación de los distintos síntomas, de manera que el paciente tenga la posibilidad de cambiar su interpretación catastrofista por otra más ajustada al proceso fisiológico subyacente.

A continuación se describirán algunos de los síntomas que caracterizan la respuesta de angustia, componente fisiológico del Ataque de Pánico (hoy llamado Crisis de Angustia por la preponderancia que se le otorga a esta sintomatología física) muy susceptible de interpretación catastrofista (negativa y exagerada):

  • Opresión o malestar torácico: este síntoma tan característico es habitualmente interpretado por el paciente de pánico (esta condición está presente en prácticamente todos los Trastornos de Ansiedad, especialmente en la Agorafobia, y en otros cuadros psicopatológicos) como la posibilidad o el peligro de estar sufriendo o sufrir próximamente un ataque al corazón o un infarto. Sin embargo, este malestar, opresión o dolor en el pecho, lejos de ser síntoma de infarto, es consecuencia de la hiperventilación, una práctica respiratoria característica en los pacientes con este trastorno que implica un ejercicio intenso de los músculos intercostales (en vez del diafragma) y que produce gran cansancio y dolor en esta zona del pecho cercana al corazón.
  • Nauseas y molestias abdominales: el estado de hiperalerta en el que vive el paciente con Trastorno de Pánico o Trastorno de Angustia (también, por supuesto, Trastorno de Pánico con Agorafobia) facilita que se produzcan nuevos Ataques de Pánico o Crisis de Angustia, con el consiguiente desequilibrio del Sistema Nervioso Autónomo, que reorganiza los niveles de aporte sanguíneo, incrementando el caudal hacia los grandes músculos, sobre todo las extremidades, para lo cual reduce el aporte en otras zonas menos necesarias en una situación de alerta. Una de estas zonas es el Sistema Digestivo. La consecuencia directa de esto es que se interrumpe la digestión y la comida cae pesadamente al estómago, produciendo nauseas, sensación de “nudo” o “mariposas”.
  • La sequedad de boca, estrechamente vinculada al miedo, está directamente relacionada con esta respuesta del Sistema Nervioso Autónomo que reduce el aporte sanguíneo al sistema digestivo e interrumpe la digestión, ya que la digestión comienza en la boca, con la saliva, y al interrumpir aquella también cesa la producción de saliva, produciendo esa sequedad de boca tan característica.

Pablo Pérez García, Psicólogo Experto en Psicopatología y Salud

Crisis de Angustia o Ataque de Pánico


…SON LAS EXPERIENCIAS DE NUESTRO PASADO Y LA MANERA EN QUE LAS VIVIMOS LAS RESPONSABLES FUNDAMENTALES DEL MIEDO Y LA ANSIEDAD.

Las TÉCNICAS DE REPROCESAMIENTO E INTEGRACIÓN CEREBRAL, estimulando la activación de procesos fisiológicos encefálicos que PERMITEN UNA MEJOR ASIMILACIÓN E INTEGRACIÓN DE LA EXPERIENCIA, compensan aquellas creencias limitantes y REDUCEN O HACEN DESAPARECER LOS MIEDOS Y LA ANSIEDAD, y permiten desarrollar creencias y experimentar sensaciones más saludables y satisfactorias…

“La característica principal de una crisis de angustia es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso, que se acompaña de al menos 4 de un total de 13 síntomas somáticos o cognoscitivos. La crisis se inicia de forma brusca y alcanza su máxima expresión con rapidez (habitualmente en 10 min o menos), acompañándose a menudo de una sensación de peligro o de muerte inminente y de una urgente necesidad de escapar. Los 13 síntomas somáticos o cognoscitivos vienen constituidos por palpitaciones, sudoración, temblores o sacudidas, sensación de falta de aliento o ahogo, sensación de atragantarse, opresión o malestar torácicos, náuseas o molestias abdominales, inestabilidad o mareo (aturdimiento), desrealización despersonalización, miedo a perder el control o «volverse loco», miedo a morir, parestesias y escalofríos o sofocaciones”

Esta es la descripción oficial de Crisis de Angustia, o lo que es lo mismo, Ataque de Pánico.
“…la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso…” constituiría el pánico, el miedo intenso; mientras que los «…síntomas somáticos…” hacen referencia a la sensación de angustia en sí misma: “…palpitaciones, sudoración, temblores o sacudidas, sensación de falta de aliento o ahogo, sensación de atragantarse, opresión o malestar torácicos, náuseas o molestias abdominales…”.

Sin embargo los síntomas físicos como temblores, sudoración, palpitaciones, etc. son sensaciones corporales normales en situaciones de alarma. Del mismo modo, el miedo desencadenado por la creencia de que uno va a morir o perder el control también puede constituir una respuesta normal del organismo en una situación de peligro intenso e inminente. Dijo Freud: “quien ante determinadas circunstancias no pierde la cabeza, es que no tiene cabeza que perder”.

El concepto de “emoción” hace referencia al fenómeno psicofisiológico que representa un modo de adaptación ante una demanda ambiental. La ansiedad es la emoción que suele aparecer ante la percepción de peligro/amenaza. Las características psicológicas de la ansiedad son esas ansias, esa preocupación que le hace a uno estar en el futuro adelantando acontecimientos. Las características físicas de la ansiedad son la respuesta de estrés, que incluye un aumento de la frecuencia cardiaca, la presión arterial, la respiración, el metabolismo, el azúcar en sangre, etc. a través de cambios en la activación de los sistemas nervioso y endocrino. Las emociones van acompañadas de sensaciones corporales. La emoción de ansiedad tiende a acompañar a la sensación corporal de angustia (ahogo, malestar torácico o abdominal, palpitaciones, etc.).

El miedo, por gran parte de los psicólogos académicos considerado como una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, lleva implícito, por un lado, la respuesta de estrés, componente físico de la respuesta de ansiedad, de manera que en este punto las emociones de miedo y ansiedad se solapan; y por otro, necesita de una creencia previa, es decir, de la percepción de peligro, de una lectura sesgada de la realidad que hace percibirla como amenazante.

Y las creencias se basan en las experiencias de aprendizaje, tanto personales como sociales y culturales. Así que son las experiencias de nuestro pasado, las que vivimos directamente o a través de otros, y cómo las interpretamos, las que van conformando nuestras creencias, que serán determinantes a la hora de sentir miedo o no sentirlo en una situación determinada.

Ya sea el miedo una emoción que necesita de una creencia previa sobre lo amenazante de la situación, ya sea la creencia de amenaza en sí, ya compartan miedo y ansiedad la misma respuesta física de estrés, sean emociones solapadas en determinado momento o incluso la misma emoción, o el miedo la creencia que dispara la emoción de ansiedad, sean cuales sean las diferencias y similitudes entre los dos conceptos anteriores, lo que es innegable es que toda emoción necesita de una lectura determinada de la realidad, marcada por una creencia, y toda creencia deriva de las experiencias de aprendizaje personales, sociales y culturales, es decir, son las experiencias de nuestro pasado, cómo las hemos vivido y qué consecuencias o aprendizajes hemos extraído de ellas, lo que va conformando nuestras creencias y, ya que estas son las responsables de que percibamos una situación como amenazante o no, y de que se desencadenen las respuestas de miedo, ansiedad o estrés, podemos concluir que SON LAS EXPERIENCIAS DE NUESTRO PASADO Y LA MANERA EN QUE LAS VIVIMOS LAS RESPONSABLES FUNDAMENTALES DEL MIEDO Y LA ANSIEDAD.
Las TÉCNICAS DE REPROCESAMIENTO E INTEGRACIÓN CEREBRAL, estimulando la activación de procesos fisiológicos encefálicos que PERMITEN UNA MEJOR ASIMILACIÓN E INTEGRACIÓN DE LA EXPERIENCIA, compensan aquellas creencias limitantes y REDUCEN O HACEN DESAPARECER LOS MIEDOS Y LA ANSIEDAD, y permiten desarrollar creencias y experimentar sensaciones más saludables y satisfactorias.

Pablo Pérez García, PsicólogoPablo Pérez García
Experto en Psicopatología Y Salud
e-mail: pablo@akapsico.com
Teléfono: 629 835 699

Pánico y Agorafobia


La agorafobia es el miedo y comportamiento de evitación hacia lugares y/o situaciones en que resulte difícil o embarazoso escapar o recibir ayuda en caso de experimentar un ataque de pánico o crisis de angustia (“ataque de pánico” y “crisis de angustia” son dos maneras de referirse a lo mismo; anteriormente la denominación oficial era “ataque de pánico” y hoy es “crisis de angustia”).

La Agorafobia puede desarrollarse posteriormente a los ataques de pánico o sin ellos.

Cuando la Agorafobia se desarrolla tras ataques de pánico podemos entenderla como una manera de evitar esas situaciones de pánico/angustia. Como en cualquier fobia, la tendencia para evitar aquello temido es huir. Uno tiende a evitar o huir de lugares públicos como el hipermercado, el cine o eventos multitudinarios. También tiende a no querer alejarse de casa.

Pánico/Angustia y Agorafobia son conceptos y manifestaciones sintomáticas que solemos encontrar juntas. La Agorafobia puede ser una consecuencia del pánico (una tendencia a huir de los lugares y situaciones donde uno experimentó el pánico/angustia), pero también puede ser consecuencia de otros traumas distintos de los ataques de pánico/angustia (debido a que durante la crisis de angustia/ataque de pánico uno puede llegar a sentir peligro de su propia vida, así como otros síntomas con gran intensidad, cada ataque de pánico constituye un trauma en sí mismo, según la definición oficial de trauma: cualquier evento que represente una amenaza para la integridad física/psíquica/social de uno mismo o de otros). Así que si bien un ataque de pánico constituye un trauma en sí mismo y puede generar Agorafobia como consecuencia de dicho trauma (y todos los trastornos de Ansiedad son derivados de traumas), la Agorafobia también puede ser una manifestación de un trauma de distinta índole.


Pablo Pérez García
Psicólogo, Col.: O-02138
Experto en Psicopatología Y Salud
pablo@akapsico.com
Teléfono: 629 835 699

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