Al estimular la Respiración Abdominal, es decir, respirando predominantemente con la barriga en vez de con el pecho (Respiración Torácica), conseguimos, entre otros cambios beneficiosos para la salud, que sea el Diafragma el músculo principalmente responsable del proceso respiratorio, en vez de los músculos Intercostales (que utilizamos en la Respiración Torácica).
Al ser el Diafragma un músculo más grande y fuerte y mejor desarrollado y diseñado filogenéticamente (en la evolución de la especie) para sostener continuamente el trabajo muscular que implica el acto de respirar, este tipo de respiración resulta más saludable y beneficioso para los procesos de relajación y descanso del organismo.
La implicación preferente de los músculos Intercostales en la respiración está muy relacionada con los estados de Estrés del organismo (estados de alta activación fisiológica). Tanto la Respiración Torácica (músculos intercostales) como el Estrés (hiperactivación fisiológica) si se mantienen demasiado tiempo, generan problemas de salud. En el caso de los músculos Intercostales el problema más común y evidente es el dolor de pecho (por sobrecarga muscular) que, desgraciadamente, muchas veces nos lleva a pensar que tenemos algún problema en el corazón.
Este dolor de pecho es muy común en las personas que sufren Trastornos de Estrés y/o Ansiedad, ya que la Respiración Torácica (utilizando los músculos Intercostales de la zona alta del pecho por encima de sus capacidades) es característica de las personas que sufren estos trastornos ligados al Estrés y la Ansiedad.
Debemos recordar que el Estrés y la Ansiedad pueden ser estados adaptativos, saludables y en muchos casos necesarios para sobrevivir. Sin embargo, cuando son mantenidos durante mucho tiempo, producen problemas físicos, emocionales y psicológicos.
El dolor de pecho derivado de la utilización preferente y sostenida de los músculos Intercostales en la respiración (en vez del Diafragma) es una de las consecuencias más comunes y preocupantes asociadas al Estrés y los Trastornos de Ansiedad.
Las personas que sufren Crisis de Angustia/Ataques de Pánico, Trastorno de Angustia/Desorden de Pánico y/o Agorafobia, muestran una marcada tendencia, debido a las Interpretaciones Catastrofistas (uno de los síntomas comunes en estos Trastornos de Ansiedad) a creer que se trata de un problema de corazón, con la consiguiente preocupación y malestar añadido al ya de por sí angustiante dolor.
La Respiración Abdominal, así como otras Técnicas de Respiración y Relajación, o modernas Técnicas de Auto-Ayuda como EFT pueden resultar muy útiles para reducir el Estrés y la Ansiedad.
La psicoterapia de Reprocesamiento con Técnicas de Integración Cerebral (TIC), produce una mejoría notable en el tratamiento y pronóstico de las personas aquejadas de trastornos fóbicos respecto de un abordaje desde una perspectiva cognitivo-conductual.
Desde la orientación cognitivo-conductual el tratamiento para fobias consta básicamente de Reestructuración cognitiva, entrenamiento en relajación y exposición.
La Reestructuración cognitiva tiende a ser el primer paso en el tratamiento de la fobia desde una orientación cognitivo-conductual. Se trata de, a través del diálogo, hacer ver al paciente lo irracional, inconveniente e insatisfactorio que resultan sus reacciones fóbicas.
Sin embargo hoy sabemos que la conducta fóbica no está necesariamente mediada por la corteza cerebral, sobre la que incide la reestructuración cognitiva, de manera que este paso puede ser sumamente ineficaz. Recientes investigaciones en neurofisiología nos informan de que las estructuras amigdalinas, máximas responsables subcorticales de desencadenar reacciones emocionales negativas, principalmente el miedo, inciden sobre el hipotálamo, máximo responsable de desencadenar la respuesta neuroendocrina, a través de la cual llegamos a experimentar las sensaciones corporales características (aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la presión sanguinea en las extremidades para huir, parálisis en algunos casos, etc.) por dos vías distintas: una, a través de la corteza, por la cual el razonamiento, y por tanto la reestructuración cognitiva, sí mediaría en la respuesta de miedo-huida; y otra directa, que no pasa por la corteza cerebral y sobre la que, por lo tanto, no tiene ninguna capacidad de acción la corteza cerebral ni tampoco la reestructuración cognitiva del enfoque cognitivo-conductual. Esta vía directa que conecta las estructuras amigdalinas con el hipotálamo se activa en situaciones de emergencia, en las que el organismo entiende que no hay tiempo suficiente para pensar detenidamente sobre qué respuesta sería más conveniente y cuál menos, es decir, es la vía preferente de conexión estructuras amigdalinas-hipotálamo de las respuestas fóbicas, en las que la reacción al estímulo fóbico es inmediato y la necesidad de evitarlo imperante.
Esta es una razón de peso para entender porqué la reestructuración cognitiva y el enfoque cognitivo-conductual en el tratamiento de las fobias ofrecen resultados muy inferiores a los que ofrece el Reprocesamiento con Técnicas de Integración Cerebral (TIC).
Por otro lado, en la mayoría de los casos, la persona ya reconoce la irracionalidad de su conducta fóbica y, a pesar de ello, no puede evitarla. Esta es una razón por la cual la reestructuración cognitiva puede resultar tediosa para el paciente en cuanto que el psicólogo de orientación cognitivo-conductual está tratando de hacerle ver algo que ya sobradamente comprende.
Pablo Pérez García, Psicólogo, Experto en Psicopatología, Graduado TIC.