Desarrollar la Inteligencia Emocional para superar el Estrés, la Ansiedad y la Depresión.
La definición original y también más general de Inteligencia es el conjunto de las capacidades mentales que permiten predecir el éxito de un individuo. Esta definición, inspirada por A. Binet, trajo consigo la creación de un test “medidor” del CI (Coeficiente Intelectual) que aun hoy sigue siendo el más utilizado a la hora de valorar la inteligencia (WISC-WAIS).
Sin embargo, distintos estudios muestran que el CI no es siquiera capaz de predecir el 20% del éxito en la vida (posición social, relación de pareja, inclusión social, hijos, salario, etc.).
Es a partir de este hecho que los investigadores de las Universidades de Yale y New Hampshire crean el concepto de Inteligencia Emocional (posteriormente difundido por Daniel Goleman) en el que engloban una serie de capacidades que parecen ser responsables de ese otro 80% del éxito en la vida. Pero lo más importante es que, mientras que el CI (Coeficiente Intelectual) parece ser casi invariable a lo largo de la vida, el CE (Coeficiente Emocional) se puede entrenar y desarrollar como si de un músculo se tratase, lo cual da un giro sustancial a nuestra visión de la inteligencia: ya no somos más víctimas del CI con el que nacemos o que desarrollamos en nuestra infancia, sino que gran parte de nuestro éxito en la vida, de nuestra felicidad al fin y al cabo, depende del esfuerzo y tiempo que dediquemos a desarrollar nuestra Inteligencia Emocional.
Pablo Pérez García, psicólogo.
Gijón, Asturias.
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