Category : trastornos de personalidad

DEFENSAS PSICOLÓGICAS II


Defensas psicológicas II

Siguiendo con las defensas psicológicas más frecuentes en pacientes con Trauma Complejo y Trastornos de Personalidad nos quedan por conocer las siguientes:

  • CAMBIO DE TEMA: la persona cambia de tema para evitar entrar en aquello que le cuesta ver. No es siempre consciente de ello y tendrá dificultades para entender cómo esto puede ser una interferencia, probablemente lo entienda como un proceso normal del pensamiento. Durante la terapia con EMDR (Técnica de Desensibilización y Reprocesamiento por el Movimiento Ocular: EMDR), el paso de un tema a otro puede ser una asociación normal. No obstante, puede suponer una desconexión de la experiencia que se intenta procesar o una disociación.
  • NEGACIÓN Y EVASIVIDAD: la persona puede negar al terapeuta o negarse a sí mismo la importancia de un tema o suceso. Puede evadir una pregunta o ignorarla. Esta evasividad puede ser evidente o expresarse con respuestas vagas e imprecisas, generalizaciones, como la imposibilidad de concretar en ejemplos o en el cambio de foco: cuando se ha escogido un tema a trabajar, inmediatamente el individuo remarca la importancia de otro, que posteriormente tampoco se considerará prioritario. Así, no es infrecuente que temas muy significativos sean comentados después de largos periodos de terapia, incluso cuando el terapeuta había preguntado inicialmente por ellos. Puede indicarnos que esa persona necesita un vínculo más potente para abrirse y contarnos algo respecto a ese tema o que intenta no hablar de ello para percibirlo como que no ha ocurrido.
  • RISA, SENTIDO DEL HUMOR: con algunos pacientes puede ser difícil centrar la sesión de manera productiva. Todo se convierte en motivo de risa. Otras personas pueden estar constantemente haciendo chistes o con actitud irónica sobre lo que cuentan, lo que puede dar falsa impresión de que no les afecta demasiado. Pueden haber recurrido al humor como mecanismo principal para lidiar con sus dificultades y esto se activa con el relato de su historia. En otros casos, la sonrisa automática les pudo proteger de mostrar un malestar que les hubiera traído consecuencias negativas o que no era aceptado expresar en su familia.
  • AUTOCRÍTICA: paradójicamente criticarse dura y constantemente a uno mismo puede en ocasiones evitar que la persona conecte con la realidad. Este acostumbrase al «machaque» continuo, y ante la idea de conectar con su yo más profundo, lo pueden utilizar en cierto modo para «aturdirse» y no pensar o no sentir. En otras ocasiones evitan así lo que más temen; la crítica de la otra persona.
  • POSPONER: cuando decidir genera incertidumbre o temor a equivocarse, la persona quiere evitar el esfuerzo que supone el proceso a realizar, o para no confirmar que es incapaz de llevarlo a cabo, el individuo puede posponer la decisión o la acción. Esto solo consigue aumentar el malestar porque no se resuelve el problema o la dificultad que lo ha originado. Por ejemplo, una conversación pendiente que dejo para más adelante me provoca alivio inmediato pero, a medio o largo/plazo, aumentará mi malestar.
  • PENSAMIENTO MÁGICO: consiste en pensar que una persona, cosa o  idea puede hacer que los problemas desaparezcan de forma instantánea o hacer que la persona se sienta feliz y segura. Pensamientos tipo: “Si tengo o consigo X, me encontraré bien”, “si mi madre cambiara, yo estaría bien”, “si tuviera dinero se acabarían todos mis males”… Pensar que “algo” hará que todos mis deseos se cumplan y que la solución de los problemas vendrá de parte de los demás o del mundo, en lugar de nosotros mismos. Los cambios que sí son posibles para esa persona no se ven o no se valoran, por lo que se descartan sin intentarlo, o como mucho al primer intento. Al ver que el deseo no se cumple, hay frustración y desilusión. Es imprescindible tener en cuenta que solamente las soluciones realistas, basadas en las opciones que son factibles en ese momento y están en nuestra mano, llevarán a auténticos cambios.
  • LA QUEJA: algunas personas están centradas en el resentimiento por todo el daño sufrido y por todas las ofensas recibidas. El relato es una descripción cargada de emoción de lo mal que los demás, el mundo y la vida los ha tratado.  Aunque sentir enfado cuando nos hacen daño es absolutamente natural, quedarnos estancados en esa emoción nos acaba envenenando y causado aún más sufrimiento, sin que nuestra vida se haga por ello más satisfactoria o  gratificante. La queja constante lleva a la persona a centrarse en la parte de la solución que no está en sus manos, como si les cediese a los demás el control sobre su vida. Esto deja al individuo en la indefensión más absoluta, como si no dependiera de él lo que ocurra.
  • CAMBIOS DE HUMOR SELECTIVOS O “SOLTAR LAS RIENDAS”: los síntomas son sentidos como el único modo, o el más eficaz, de comunicar algo. Estas situaciones generan rechazo, hostilidad, que los demás se distancien, y muchas otras consecuencias que generan malestar. La persona puede quedar así atrapada en una trampa relacional muy dañina, o ir sufriendo un  deterioro en sus relaciones, llegando incluso a perderlas. Diferentes ejemplos: hay ocasiones en las que las personas aprenden que llorando se acaban las discusiones o que solo cuando los demás los ven verdaderamente mal dejan de agredirlos o se preocupan por ellos. O puedne darse cuenta de que enfadándose se acaban las exigencias, o se corta la posibilidad de que alguien les lleve la contraria y tener así que escuchar algo que no les gusta.

    A veces la persona puede sentir una emoción o un malestar indeterminado, y no hacer ningún esfuerzo por controlarlo, no tanto para obtener una finalidad en la interacción con el otro, sino debido a que en estas explosiones se consigue un desahogo que no se ve fácil lograr de otro modo. Así, en una discusión se puede no poder freno o incluso “echar más leña al fuego” para poder liberar tensión acumulada previamente.

  • PERFECCIONISMO: algunas personas se centran en hacerlo todo bien. Aunque tiene que ver con el deseo de complacer, el perfeccionismo es algo más interno. La persona no puede permitirse a sí misma fallar. El fallar le hace entrar en contacto con profundos sentimientos de infravaloración  y creencias nucleares de “soy un inútil”, “lo hago todo mal”, “no valgo para nada”… En ocasiones, el perfeccionismo está basado en una sensación de que haga lo que haga nunca será suficiente, lo que se intenta apaciguar sin éxito haciendo más y más. En algunos personas el perfeccionismo se relaciona con el control y con la exigencia, y puede ir dirigida hacia el exterior y no solo hacia el interior.

defensas freud
Todas las defensas descritas anteriormente son cruciales para la comprensión del paciente con trauma complejo y para un buen desarrollo de la conceptualización del caso. La activación de las defensas puede ser muy sutil y es imprescindible añadirlas como psicoeducación en el proceso terapéutico. Cuando identificamos que se está activando una defensa, lo esencial es entender la función que tiene.

Si desmontamos las defensas antes de tiempo, podemos dejar a la persona demasiado expuesta y sin recuerdos. Ante esto se puede dar un empeoramiento de los síntomas y que incluso se produzcan conductas autolesivas o diversos comportamientos de riesgo. Por ello, necesitamos entender las defensas como extraordinarias fuentes de información sobre la estructura psicológica del individuo.

Espero que os haya resultado interesante y os haya servido para reflexionar sobre nuestras defensas y aumentar nuestro autoconocimiento.

 

Andrea Figar Álvarez

Psicóloga