Eficacia del EMDR en niños y adolescentes con Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
Esta revisión examinó 15 estudios (incluyendo nueve ensayos clínicos aleatorizados) que probaron la eficacia de la terapia EMDR (¿Qué es el EMDR?) en el tratamiento de niños y adolescentes con síntomas de estrés postraumático.
La terapia de Desensibilización y Reprocesamiento mediante Movimientos Oculares (EMDR) es un tratamiento con base empírica para adultos con TEPT. No obstante, se ha investigado considerablemente menos sobre la eficacia de EMDR en niños. Los resultados de la práctica clínica de numerosos terapeutas de EMDR sugieren que es un tratamiento altamente eficaz para niños con TEPT.
Alcance e impacto de la exposición a experiencias infantiles adversas
El riesgo de estar expuesto a uno o más eventos traumáticos antes de los 18 años varía entre el 25% y el 68%, según los informes europeos y estadounidenses (Alisic et al., 2014 ).
El estudio sobre Experiencias Adversas en la Infancia (ACE,) (Felitti et al., 1998) demostró que la presencia de eventos adversos en la infancia es un factor de riesgo para una amplia variedad de problemas médicos y sociales en el futuro.
Del mismo modo, Teicher y Samson (2013) concluyen que las víctimas de maltrato infantil y abuso sexual tienen un riesgo significativamente mayor de tener una amplia gama de problemas médicos, psicológicos y sexuales durante la adolescencia y la edad adulta, incluido el abuso de sustancias, trastorno de conducta y depresión (Cohen, 2010).
Tanto en la infancia como en la adolescencia el TEPT subclínico (aquel que no cumple todos los criterios diagnósticos) es más frecuente y hay que tener en cuenta que puede llegar a ser tan invalidante como el TEPT propiamente dicho (Cohen, 2010) debido a la gran interferencia que genera.
Importancia del tratamiento
La falta de tratamiento aumenta el riesgo de revictimización (volver a vivir experiencias traumáticas), comorbilidad y cronicidad y, además, puede provocar retrasos en el desarrollo a nivel psicológico, físico y neurobiológico (Zamir, Szepsenwol, Englund, y Simpson; 2018).
Además, los niños maltratados a menudo tienen padres que también han sido maltratados durante su infancia y que regularmente muestran altas tasas de psicopatología no tratada. El trauma se transmite frecuentemente a lo largo de generaciones (Teicher y Samson, 2013).
Resultados
La reducción significativa de los síntomas de TEPT con el uso de EMDR es consistente en los 15 estudios. En la mayoría, esto se acompaña de una reducción significativa en los síntomas comórbidos medidos. No obstante, se necesitan más estudios para evaluar la eficacia de EMDR en los problemas comórbidos.
Conclusiones
Después de lo expuesto, queda señalada la importancia del tratamiento del TEPT infanto-juvenil (el mero paso del tiempo no significa curación emocional).
Para leer el artículo completo: Trauma infantil
Andrea Figar Álvarez
Psicóloga
Caja de arena: origen y funcionamiento
La caja de arena es un instrumento terapéutico desarrollado por la pediatra y psiquiatra inglesa Margaret Lowenfeld (1890-1973), quien descubrió cómo, a partir de un juego que integra la experiencia táctil con la arena, el agua y los juguetes en miniatura, el niño o adulto se contacta con una parte de su pensamiento, de su mundo emocional y del recuerdo de experiencias vividas. A través del mundo que construye en ese escenario el paciente, exhibe su mundo interior y exterior, y se torna en disponible para su propia observación.
El paciente, para poder expresarse, depende de espacios concretos que, como la caja de arena, le permitan tener la sensación de estar solo consigo mismo, al tiempo que, lo inaceptable, negativo o desagradable de su ser, es puesto sobre algo tangible. Allí se encuentran, tanto el interior como el exterior de sí mismo, compartido con el terapeuta. Una de las orientaciones básicas es un espacio libre y protegido, donde pueda sentirse seguro, tranquilo y sin interrupciones producto de influencias externas
El terapeuta cumple la función de observador, de acompañante silencioso y promueve el establecimiento de una relación empática con el paciente, que le permite expresarse sin temor a ser juzgado ni de recibir órdenes del terapeuta.
¿De qué se compone la caja de arena?
Las figuras en miniatura deben, según Pattis (2011), ofrecer objetos comunes a la cultura, a la vez que desconocidos. Se recomienda que haya muñecos suficientes, de manera que el paciente no experimente sensaciones como pobreza y escasez, pero con la precaución de no ofrecer demasiados, de tal manera que lo saturen, le inhiban y se dificulte su elección y ubicación.
Es decir, se debe presentar al paciente los objetos necesarios en la caja de arena para que, con ellos, pueda representar su mundo, en pequeña escala. Debe haber figuras que representen elementos de la naturaleza, como plantas, animales domésticos y salvajes que sean terrestres, o bien aéreos y acuáticos, así como objetos inanimados, como piedras, conchas o trozos de madera; personas de diferentes sexos, razas, edades y profesiones. Viviendas con todos los elementos necesarios; figuras bélicas, como pistolas, aviones de guerra, cuchillos, lanzas, entre otros; figuras fantásticas temibles y siniestras: ataúdes, esqueletos, la Muerte, el Infierno, espíritus, monstruos, brujas o magos y figuras de las diversas religiones. También, se pueden añadir otros objetos, como bolas de cristal, tornillos, tapas, botones, retazos de tela, o cosas pequeñas, sin una forma específica, que le permitan al paciente representar lo que su estado mental demande en la caja de arena.
¿Cómo interpretamos lo representado en la caja de arena?
Para interpretar las escenas, es necesario tener en cuenta tanto la historia personal y clínica del paciente como su situación actual. También debe registrarse lo que verbaliza, su interacción con el terapeuta, estados de ánimo y comentarios mientras trabaja con la arena. Cuando plasma una escena sobre la arena hay que observar su impacto en el paciente y en el terapeuta, pero su significado se amplía si, además, se tiene en cuenta la manera cómo se utilizó el espacio, la arena y los sentimientos que florecieron en el momento del contacto con ella, el uso de los objetos, los colores predominantes, el significado simbólico de las figuras y la naturaleza dinámica o estática de las escenas (Kalff, 2007).
Bajo el esquema Junguiano la interpretación le permite al terapeuta comprender el juego y el estado emocional de su paciente, pero no se le comunica lo hallado, pues esto podría limitar su expresión, e impediría la apertura que tanto se busca.
Artículo relacionado: EL reflejo de la realidad interna en el juego
Andrea Figar Álvarez
Psicóloga
Psicosis y trauma psicológico
Un gran número de estudios han destacado el papel de experiencias traumáticas tempranas como factor predisponente importante para una gran variedad de trastornos psicopatológicos como trastornos del estado de ánimo y de ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos de la personalidad, trastornos disociativos, trastornos por abuso de substancias y psicosis (MacMillan et al., 2001; Nelson et al., 2002; Pereda, Gallardo-Pujol y Jiménez Padilla, 2011; Read y Bentall, 2012). Respecto a la psicosis, las experiencias traumáticas han sido consideradas como uno de los factores predisponentes y/o precipitantes en el desarrollo de un psicosis en personas con vulnerabilidad.
Estudios de la relación entre trauma y psicosis
Concretamente, como muestra de la asociación entre psicosis y experiencias traumáticas, Varese y colaboradores (2012) llevaron a cabo un exhaustivo meta-análisis en el que combinaron un total de 36 estudios (18 caso- control, 10 prospectivos y 8 con población general), incluyendo aproximadamente a unos 80.000 individuos. La psicosis se definía como la presencia de experiencias psicóticas atenuadas o como trastornos psicóticos. Por lo que se refiere a las experiencias traumáticas infantiles, contemplaron abusos sexuales, psicológicos o emocionales, negligencia, bullying y fallecimiento de los padres, ocurridos antes de los 18 años, encontrando una relación significativa entre la presencia de dichas experiencias y la psicosis (odds ratio =2.78).
En nuestro país, destaca el estudio llevado a cabo por Álvarez y colaboradores (2011), donde analizaron la prevalencia de experiencias traumáticas infantiles en 102 pacientes con trastorno mental grave (esquizofrenia, trastorno bipolar y trastorno esquizoafectivo), encontrando que casi la mitad de los pacientes (47.5%) había sufrido abusos en la infancia. Así, el 22% de los hombres y el 18% de las mujeres referían abusos físicos, y el 28% y 42% respectivamente informaban de abusos sexuales previos.
En el caso de la esquizofrenia, la presencia de síntomas positivos ha sido relacionada con historia previa de trauma (Hammersley et al., 2003; Hardy et al., 2005; Read et al., 2003; Shevlin et al., 2011). Un gran número de pacientes que han sufrido experiencias de abuso en la infancia presentan sintomatología positiva, como alucinaciones auditivas y visuales, ideación paranoide, inserción del pensamiento o ideas de referencia (Ross, Anderson y Clark, 1994). En muchos de estos estudios, el contenido de dichas alucinaciones se encontraba relacionado con el trauma sufrido previamente (Hardy et al., 2005; Heins, Gray y Tennant, 1990; Read et al., 2003; Read, Bentall y Fosse, 2009).
Por lo que se refiere al tipo de maltrato, si bien es cierto que la mayoría de los estudios se han centrado en el análisis de la relación entre abuso sexual y psicosis, al añadir otros tipos de maltrato como maltrato psicológico, negligencia o abandono y abusos físicos y al darles el mismo peso en el estudio, se apunta a una importante relación entre estas formas de maltrato y la psicosis. Así, varias investigaciones han encontrado que el maltrato psicológico es la experiencia traumática más frecuente referida por los pacientes con trastornos del espectro esquizofrénico (Álvarez et al., 2011; Margo y McLees, 1991; Muenzenmaier, Meyer, Struening y Ferber, 1993).
¿Cómo podemos intervenir?
Una de las intervenciones con mayor apoyo empírico para el tratamiento del trauma psicológico es La Técnica de Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular (EMDR) de Francine Shapiro. Para más información sobre esta técnica: EMDR
Artículos relacionados con el tema:
Relación entre trastornos psicóticos y experiencias traumáticas tempranas
Trauma infantil y trastornos psicóticos
Andrea Figar Álvarez
Psicóloga
La Integración del Ciclo Vital utiliza el “puente emocional” para encontrar el recuerdo conectado con el problema actual. El cliente con su imaginación regresa a la escena del pasado llevando ahora consigo todo lo necesario para resolver el recuerdo. Una vez que el recuerdo está resuelto el terapeuta guía al cliente a través del tiempo hasta el presente, utilizando la Línea del Tiempo de imágenes de la vida del mismo. Esta línea demuestra al sistema cuerpo-mente que el tiempo ha pasado y que ahora la vida es diferente.
El viaje a través de la Línea del Tiempo desde la escena del pasado hasta el presente se repite de 3 a 8 veces (o más) durante la sesión. Cada repetición muestra una “película” ligeramente diferente. La vista panorámica que se obtiene de la vida de la persona está relacionada una nueva capacidad de comprensión.
Como vemos, esta técnica está hermanada con el EMDR, uno de los tratamientos con mayor eficacia para el Trastorno de Estrés Postraumático. Para leer más sobre EMDR: EMDR
El Protocolo de Integración del Ciclo Vital
Paso 1: Encontrar el Estado del Ego o Recuerdo Fuente más conectado con el problema actual a través de un Puente Emocional
Hablamos con el paciente de su problema actual para ayudarle a traer las sensaciones corporales asociadas a él. No hay que analizar el problema ni etiquetar las emociones. Etiquetar las emociones es una actividad cognitiva que distanciará al cliente de las sensaciones corporales.
Cuando se centra en las sensaciones corporales debe prestar atención a lo que le va surgiendo y atender al recuerdo del pasado que le viene a la mente.
Paso 2: Discusión del Recuerdo Fuente
Pídele que te hable del Recuerdo Fuente que ha surgido. Averigua qué edad tenía en él, qué ocurrió. ¿Qué es lo que sintió entonces? ¿Cómo interpretó lo que ocurrió? ¿Quién estaba allí para apoyar el Yo Infantil del cliente y para explicarle lo que había pasado?
Para impedir el desbordamiento emocional, la persona deberá mantener sus ojos abiertos, y permanecer en su estado del Yo Adulto al hablar del Recuerdo Fuente.
Paso 3: Traer al Yo Adulto a la escena del recuerdo
En esta paso de la Integración del Ciclo Vital, el cliente se centra en el Recuerdo Fuente siendo consciente de lo que siente en su cuerpo cuando habla de lo que pasó, lo recuerda, lo visualiza.
Se trae su Yo Adulto en la escena. No es necesario visualizar al Yo Adulto en la imagen, puede simplemente sentir su presencia en la escena. Se le instruye para que le diga a su Yo Infantil en la escena, de forma interna y silenciosa: “Hola, soy tu Yo Adulto y he venido a tiempo para ayudarte”
Paso 4: Llevar al Estado del Ego Infantil a un lugar tranquilo
Se lleva al Yo infantil a un lugar tranquilo donde puedan relajarse, jugar juntos y hablar. Pídele que te identifique cuando el yo adulto y el niño/a estén allí.
El lugar tranquilo puede ser un lugar en que la niño/a se pueda relajar, en el que la niño/a y el/la adulto puedan conversar de forma confortable. El lugar puede estar en el pasado o ser imaginario.
Paso 5: La Conversación Interna en la Integración del Ciclo Vital
Se proporciona información actualizada al Estado del Ego Infantil. Una vez que han alcanzado un lugar tranquilo, la terapeuta instruye al Yo Adulto para que le diga al Estado del Ego Infantil con palabras que un niño de esa edad pueda entender:
“Dile a tu yo niño/a que _____ ocurrió hace mucho tiempo y ya pasó. Dile que _____ no fue su culpa y que tú sabes que no había nada que pudiera hacer para impedirlo. Dile que no hay nada de malo en él/ella. Que no es una mala persona”.
La terapeuta guía al cliente adulto para que le cuente al estado del ego infantil la historia que ocurrió de una forma que ayude al niño a comprender el suceso.
Paso 6: La integración neuronal se da a través de las repeticiones de la Línea del Tiempo de imágenes y recuerdos cronológicos
En este paso de la Integración del Ciclo Vital el terapeuta instruye al cliente para que le diga al Yo Infantil que el niño vive ahora con el adulto porque él es una parte importante del mismo y el niño ya no está solo nunca más.
El Yo Adulto del cliente le dice al niño que le va a mostrar con imágenes cómo ha crecido y se ha convertido en el Yo Adulto a través de la Línea del Tiempo previamente construida.
Con la Línea del Tiempo la meta para conseguir la integración, es lograr que la persona avance hacia una asociación de recuerdos más libre, según avanza a lo largo de su vida, año tras año. Para realizarla, terapeuta y paciente avanzan por la vida de éste desde recuerdos más tempranos hasta el presente. El cliente intenta pensar un recuerdo por cada año de vida y el terapeuta los anota. Deberían incluirse los hechos importantes como muertes de figuras de apego, amigos o hermanos, matrimonios, divorcios y nacimientos.
El terapeuta lee el recuerdo al cliente, comenzando con el recuerdo escrito en el año inmediatamente posterior al año en el que ocurrió el trauma.
Los recuerdos de tipo traumático siempre surgirán primero y son integrados antes durante el proceso de Integración del Ciclo Vital.
El procesamiento no está completado hasta que los recuerdos positivos asociados empiezan a ser integrados. Esto ocurrirá de forma espontánea si al cliente se le permite hacer suficientes repeticiones de los pasos 3 al 7.
Paso 7: Se trae al Yo Infantil al presente
Cuando el cliente alcanza la imagen del recuerdo de su edad actual, el terapeuta le instruye para llevar al Yo Infantil a su casa y mostrársela (la casa donde el cliente adulto viva actualmente).
Le da tiempo para decirle a su Yo Infantil en el presente cualquier cosa que le gustaría decirle. El terapeuta hace que el cliente le pregunte a su Yo Infantil si tiene alguna pregunta o preocupación. El cliente adulto responde las preguntas del niño. Regresa al paso 3 y repite los pasos del 3 al 7, otra vez.
Paso 8: Revisión del Recuerdo Fuente
El terapeuta le pide al cliente que otra vez vea la escena del pasado y que sea consciente de lo que siente en su cuerpo al ver la escena del recuerdo fuente. Si la integración está completada, las sensaciones en el cuerpo del cliente serán neutrales o de calma.
Si el cliente informa de que todavía siente malestar en su cuerpo al volver al recuerdo fuente, vuelve al paso 3 y repite los pasos del 3 al 7.
Paso 9: Revisión del Problema actual
Si el Recuerdo Fuente está limpio al revisarlo en el paso 8, el terapeuta hace que el cliente revise el problema actual.
Para más información sobre esta técnica: ICV
Andrea Figar Álvarez
Psicóloga
Como se comentaba en el artículo anterior (http://www.akapsico.com/2015/04/trastornos-alimentarios-anorexia-nerviosa-anorexia-sintomas/) la Anorexia Nerviosa es un Trastorno Alimentario muy antiguo.
Aunque algunas características de este Trastorno Alimentario han cambiado desde la época de santa Catalina de Siena (s. XIV) como la desaparición de las connotaciones religiosas y la aparición de una mayor dependencia de la moda y la publicidad en relación a los cánones de belleza (aunque no en todos los casos sí en muchos tanto de Anorexia Nerviosa como de Bulimia) otras características de los Trastornos Alimentarios en general y de la Anorexia Nerviosa en particular, se mantienen, como es la presencia del Trauma Psíquico entre los múltiples factores de riesgo.
Reconoce el DSM-V, criterio diagnóstico oficial de la APA, que la aparición de la Anorexia Nerviosa se suele asociar a un Acontecimiento Vital Estresante (o situación potencialmente traumática).
En el caso de santa Catalina de Siena encontramos abundantes Situaciones Vitales Estresantes o Potencialmente Traumáticas: muerte perinatal de su hermana gemela, muerte temprana de su hermana mayor, ausencia de su madre y varias enfermedades que padeció; de manera similar a como las encontramos en la actualidad en los Trastornos Alimentarios en general y en la Anorexia Nerviosa en particular.
Por ello es tan importante incluir dentro del Tratamiento Psicológico de la Anorexia Nerviosa y otros Trastornos Alimentarios, un abordaje en Psicotraumatología, es decir, una Psicoterapia centrada en la resolución de los Traumas Psíquicos (condiciones que se pueden desarrollar a partir de Situaciones Vitales Estresantes). Entre este tipo de Psicoterapias (Psicotraumatología) destaca el EMDR por su validez, eficiencia, etc. (Más sobre EMDR: http://www.akapsico.com/emdr-tic-oviedo-gijon-psicologo/)
Pablo Pérez García
Psicólogo en Oviedo y Gijón, Asturias.
Terapéuta EMDR
Formación avanzada en Trastornos Alimentarios y EMDR.
Ref. Bibliográficas:
N. Seijo, “Trastornos Alimentarios y EMDR I”, Manual clínico, Madrid, 2015.
Exite abundante evidencia de que la Inflamación juega un importante papel en el desarrollo de un Infarto Agudo de Miocardio (más comunmente conocido como Ataque al Corazón o simplemente Infarto).
Factores Proinflamatorios como la la IL-6 (Inteleukina 6) son responsables de la Inflamación y contribuyen al desarrollo de un Infarto de Miocardio (1).
Las hormonas secretadas con la Respuesta de Estrés (fundamentalmente Glucocorticoides y Catecolaminas) pueden realmente contribuir a la Inflamación induciendo la producción de Citokinas Proinflamatorias, entre ellas la IL-6 (2).
Más aún, se ha comrobado en el laboratorio que cuando existen situaciones de Estrés Temprano y/o Depresión, el Estrés Ambiental produce una Respuesta Inflamatoria aún mayor, observándose aquí de nuevo una producción aumentada de IL-6 (3), con lo que podemos considerar la Depresión y los Traumas Psíquicos como Factores potenciales de Riesgo para el Infarto de Miocardio.
Por todo lo anterior, parece claro que si queremos cuidar de nuestra Salud Cardiovascular y Prevenir el Infarto de Miocardio debemos tratar el Estrés, evitar el Estrés Crónico, sanar los Traumas Psíquicos (para lo que hoy en día hay Técnicas de Psicoterapia especialmente eficaces –Psicotraumatología-, entre las cuales la más conocida y científicamente validada es el EMDR) y atajar la Depresión.
Referencias bibliográficas:
1. J. Yudkin, M. Kumari, S. Humphries,V. Mohamed-Ali, Inflammation, obesity, stress and coronary heart disease: is interleukin-6 the link?; Atherosclerosis 2000; 148 (2): 209-14.
2. E. Calcagni, I. Elenkov, Stress system activity, innate and T helper cytokines, and
susceptibility to immune-related diseases, Ann N Y Acad Sci. 2006; 1069: 62-76.
3. T. Pace, T. Mletzko, O. Alagbe et als., Increased Stress-Induced Inflammatory
Responses in Male Patients With Major Depression and Increased Early Life Stress, Am J Psychiatry 2006; 163: 1630-1633.
Pablo Pérez García, Psicologo.
Psicoterapia en Oviedo y Gijón, Asturias.
El Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), nos dice el criterio diagnóstico oficial DSM-IV, es consecuencia de la vivencia de un acontecimiento estresante y extremadamente “traumático”, donde el individuo se ve envuelto en hechos que representan un peligro real para su vida o cualquier otra amenaza para su integridad física, el individuo atraviesa una situación en la que se producen muertes, heridos o existe una amenaza para la vida de otras personas; o bien el individuo conoce a través de un familiar o cualquier otra persona cercana acontecimientos que implican muertes inesperadas o violentas, daño serio o peligro de muerte o heridas graves (Criterio A1).
La respuesta del sujeto a este acontecimiento debe incluir temor, desesperanza y horrores intensos (o en los niños, un comportamiento desestructurado o agitado) (Criterio A2).
Los síntomas deben incluir la reexperimentación persistente del acontecimiento traumático (Criterio B), evitación persistente de los estímulos asociados a él y embotamiento de la capacidad de respuesta del individuo (Criterio C), así como una persistente activación o estrés (Criterio D). Este estado debe durar más de 1 mes (Criterio E) y provocar un malestar elevado, deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la vida del individuo (Criterio F).
Cuando el individuo presenta sólo algunos de estos síntomas es común que se le diagnostique “Trastorno Adaptativo”.
Los síntomas pueden aparecer a los pocos meses tras el incidente o tardar años en manifestarse.
Sin embargo, en todo lo anterior no se nos explica porqué unos individuos se sobreponen a este tipo de situaciones y otros no, es decir, no se explica de qué depende que una persona quede traumatizada y otra no ante un mismo suceso. Como tampoco hace referencia a otro tipo de situaciones no relacionadas con la muerte que también pueden ser traumáticas.
En el tratamiento del Estrés Postraumático, como herramientas que multiplican la eficacia de los tratamientos psicológicos convencionales, se han desarrollado en los últimos años:
Enlace a artículos relacionados:
Condiciones personales que determinan la traumatización.
Situaciones potencialmente traumáticas.
¿Qué es un trauma?
Pablo Pérez García, psicólogo.
El acontecimiento es vivido de manera dramática.
Formamos parte activa de la situación, es decir, el conflicto nos coge en medio.
Nos pilla desprevenidos, cuando uno menos se lo espera.
Es vivido en soledad, rumiando continuamente el problema (aunque todos saben lo que nos ha pasado, nadie sabe lo que hemos sentido)
No se encuentra una solución satisfactoria, es decir, la herida queda abierta.
Bibliografía:
“DHS”, Dr. R.G. Hamer.
El Desorden de Pánico/Trastorno de Angustia solo, no complicado, es bastante infrecuente. En él, la comorbilidad (aparición conjunta) con cualquier otro Trastorno de Ansiedad parece ser la norma, como sucede generalmente con otros Trastornos de Ansiedad. El 91% de los pacientes con Pánico y el 84% de los que sufren Agorafobia tienen, al menos, otro trastorno psicológico/psiquiátrico/emocional.
También existe comorbilidad con diversas patologías médicas, entre las cuales las más frecuentes son: colon irritable, migrañas, cefaleas, patologías cardiacas y enfermedad tiroidea.
El Ataque de Pánico/Crisis de Angustia también puede constituir una situación no patológica, consistente en uno o varios ataques de pánico a lo largo de la vida sin complicaciones.
El Ataque de Pánico/Crisis de Angustia, por otro lado, puede formar parte de diferentes cuadros clínicos además del Trastorno de Pánico (American Psychiatric Association, 1994):
- Depresión Mayor: entre el 40 y el 70% de los pacientes con Depresión Mayor presentan ataques de pánico. En estos casos el riesgo suicida es mayor por el temor a la pérdida de control. La Depresión precede al Trastorno de Pánico en un tercio de los individuos.
- Trastorno de Ansiedad Generalizado: un 25%.
- Agorafobia.
- Estrés Postraumático.
- Duelos patológicos.
- Fobia Social: 20-25%.
- Fobia específica: 10-20%.
- TOC: 8-10%.
Bibliografía:
Dres. Solvey, Terapias de Avanzada, Buenos Aires, 2006.
Podemos entender el miedo como una emoción, en cuanto a su acepción en la psicología: conciencia de un cambio en el organismo.
Sin embargo, entender el miedo como una creencia, la creencia de que algo malo está por suceder, es más util para comprender su relación con la Ansiedad. Desde este punto de vista, el miedo, disfrazado o directamente apreciable, está siempre presente en los Trastornos de Ansiedad: en las Fobias está el miedo al objeto fobígeno, ya sea una araña o una jeringuilla, y tratamos de escapar de él (saliendo de la habitación donde está la araña o desmayándonos, en muchos casos, cuando nos van a extraer sangre); en el Trastorno de Angustia encontramos el miedo a las sucesivas crisis, así como el miedo a morirse o a perder el control en plena crisis; en la Agorafobia el miedo tiende a extenderse a múltiples situaciones, limitando gravemente la vida de quien la sufre; en la Ansiedad Generalizada el miedo se muestra en la tensión, en el cansancio o en la irritabilidad; en el Estrés Postraumático el miedo es elicitado por distintos aspectos relacionados con la situación traumática.
Otro de los componentes fundamentales de la Ansiedad es la Angustia. En la Psicología se llama Angustia al componente fisiológico de la Ansiedad (dolor en el pecho, nauseas, temblores o rigidez de extremidades, etc.). Sin embargo no podemos negarle a la Angustia un componente emocional doloroso (quien nos dice “estoy angustiado” desde luego nos está informando de un malestar emocional) derivado de la incomprensión y la incomodidad de dichos síntomas fisiológicos. Algunos de los síntomas fisiológicos de la Angustia pueden están presentes también en, pongamos por ejemplo, un saltador de pértiga que se dispone a saltar para batir su propio record (ritmo cardiaco acelerado, sudor frío por la espalda o en las manos, temblores, y una mirada tan focalizada en el salto que no ve nada más a su alrededor – visión de túnel). Sin embargo el atleta interpreta estos cambios fisiológicos de una manera muy distinta debido a sus experiencias anteriores de esfuerzo, logro y superación. Su confianza y su creencia son diferentes.
Angustia y Miedo, los dos componentes fundamentales de la Ansiedad, se retroalimentan mutuamente (cuando la angustia crece surge un intenso miedo, el pánico; cuando el miedo sube, la angustia también se hace más frecuente e intensa, crisis). Y ya que las creencias se forjan en las experiencias (lo que nos han contado, lo que hemos visto o cómo nos hemos sentido en determinada situación o con determinada persona) que con el tiempo pasan a ser recuerdos más o menos cercanos, reexperimentar una situación recordada bajo las condiciones específicas que proveen las Técnicas de Reprocesamiento e Integración Cerebral, tiene la facultad de modificar la creencia, es decir, el miedo, lo cual se puede percibir por la disminución de la Angustia.