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Miedo a hablar en público y Pánico escénico


Cuando nos disponemos a hacer una presentación frente a un público, ya sea dar una charla, exponer las cualidades de un producto que queremos vender, una clase magistral ante unos alumnos, un concierto en un auditorio, una representación escénica, informar de una propuesta a un grupo de accionistas o inversores, defender un proyecto, exponer oralmente una materia, etc., nuestro organismo se activa.

Esta activación del organismo puede aparecer tanto antes (ansiedad) como durante (estrés) la presentación y su intensidad varía mucho de una persona a otra y también de una situación a otra aun para la misma persona.

Cuando esta activación fisiológica tiene una intensidad adecuada nos permite disponer de capacidades y recursos de inteligencia, de convicción, de observación, de concentración, etc. que nos ayudan y nos encaminan al éxito.

Sin embargo, esta activación muchas veces es exagerada y produce temblores en las piernas o en los brazos, sequedad de boca, confusión mental, nauseas, malestar abdominal, dolores de pecho o de cabeza, rigidez e incluso parálisis. Estos síntomas de activación exagerada nos ponen aun más nerviosos y la cosa va de mal en peor. Nos dan ganas de evitar esa situación (sin nos sentimos así antes) o de que termine cuanto antes y no vuelva a suceder (cuando nos sentimos así en el transcurso) y esto genera una limitación de nuestras capacidades, de nuestras posibilidades de éxito social, personal o profesional.

Aunque las técnicas de relajación convencionales y la auto-hipnosis pueden ser efectivas para controlar estos nervios (estrés, ansiedad, miedo) requieren un periodo de entrenamiento que puede ser demasiado largo para el ritmo de vida actual.
EFT es una técnica revolucionaria del campo de la auto-ayuda y el mejoramiento personal que compendia conocimientos de acupresión, kinesiología, psicoterapia y otros campos, que se aprende de manera rápida y fácil y se puede aplicar en menos de un minuto para generar una regulación general del Sistema Nervioso Autónomo y el Sistema Límbico, los principales responsables de las emociones y sensaciones de estrés, ansiedad y miedo, produciendo una mejoría inmediata de los síntomas físicos (temblores en las piernas o en los brazos, sequedad de boca, confusión mental, nauseas, malestar abdominal, dolores de pecho o de cabeza, rigidez e incluso parálisis) y cognitivos (miedo, inseguridad, evitación).

Pablo Pérez García, Psicólogo.

EFT: Emociones y Salud II


EFT defiende que la causa del malestar emocional es un bloqueo de nuestro sistema energético, entendiendo por tal lo que defiende la acupuntura china, es decir, que paralelamente a nuestro sistema sanguíneo formado por venas y arterias, discurre otro sistema energético que tiene la misma importancia o más que el anterior y que posee una serie de puntos concretos y localizados sobre los que se puede intervenir.

Es decir, mientras que en psicología tradicional partimos de que una situación o experiencia determinada genera una emoción negativa y ésta el malestar, en EFT mantenemos que la situación genera un bloqueo en el sistema energético corporal que a su vez provoca la emoción negativa asociada, siendo así que, cada vez que ese bloqueo se active, experimentaremos de nuevo la emoción negativa que produce (ira, culpa, tristeza, ansiedad, dolor).

La buena noticia es que podemos intervenir y liberar ese bloqueo en poco tiempo: al emplear EFT sobre esos puntos del sistema energético mientras pensamos en el problema equilibramos ese sistema eliminando el bloqueo energético para ese problema emocional concreto y como consecuencia de ello el malestar emocional desaparece.

El método consiste en estimular una serie de puntos de acupuntura con los dedos mientras nos mantenemos centrados mentalmente en el asunto concreto a tratar.

Se necesitan tan sólo unos minutos y produce normalmente un alto grado de eficacia, incluso donde muchas otras terapias o técnicas no lo habían conseguido.

A veces sorprende la rapidez con que se obtienen resultados y la persona pregunta si es para siempre. La experiencia con otras terapias, donde habitualmente se suelen emplear bastantes sesiones y tiempo induce a plantearse esa pregunta. Pero la respuesta es sí, cuando se elimina un problema emocional concreto, suele ser permanente. EFT no elimina los recuerdos, es decir, si uno ha tenido una experiencia traumática permanecerá en la memoria, pero se verá de forma diferente porque las emociones asociadas a la misma habrán desaparecido.

En algunos casos, al tratar el problema y lograr reducirlo surgen otros aspectos relacionados que estaba siendo tapados por el mismo. Por ejemplo, podemos lograr eliminar el malestar que una migraña venía ocasionando pero entonces aparece una ansiedad que estaba siendo cubierta por el dolor. Es evidente que habrá que tratar ese nuevo problema que estaba ahí pero que el principal ocultaba. Es decir, pueden necesitarse varias sesiones no debido a que la técnica no resulte eficaz sino a que había otros problemas enterrados que afectaban negativamente a la persona y contribuían a su malestar.

Evidentemente, al leer lo anterior podemos pensar que se trata de algo sin fuerza ni utilidad alguna porque ¿cómo va a existir algo que funcione en todos esos problemas tan distintos aparentemente?

Precisamente porque esa diferencia es eso, aparente, ya que en realidad tras todos esos problemas están nuestras emociones que son el filtro que interpreta y determina cómo actuar y sentir.

En el caso de la Fibromialgia, sabemos muy bien que el dolor y las molestias están ahí constantemente provocando una fuerte carga emocional negativa que incide de nuevo en el dolor, creando así un círculo vicioso del que a veces resulta difícil salir.

En las Migrañas ocurre lo mismo, el componente emocional es importantísimo cuando no fundamental para su solución.

No olvidemos que las emociones negativas como los celos, culpa, ira, agresividad, tristeza, están detrás de múltiples problemas, incluso físicos.

Tratando esa causa primera es evidente que se solucionará el resto, recuperando un bienestar vital que echamos de menos y creemos perdido para siempre.

Como Einstein ya afirmó, todo es energía, incluso en nosotros. Ese tipo de emociones comentadas producen bloqueos en nuestro sistema energético y EFT actúa desbloqueándolo, logrando que le energía vuelva a fluir armoniosamente solucionando de paso cualquier problema que tuviese su raíz en ello.

Entre el exterior y nosotros están nuestras emociones que determinan la forma en que enfrentamos el mundo y todo lo que nos rodea y, normalmente, suele reflejar en forma de diferentes problemas todo lo que nos afecta, tanto lo que no dejamos salir (tensión, ira, estrés) como lo que no queremos que entre, aunque estemos deseando que lo haga (relaciones, timidez, comunicación, etc.).

De todas las técnicas que conozco debo decir que la EFT es la más efectiva, rápida y sencilla de todas. La técnica de Liberación Emocional funciona donde nada antes ha funcionado a veces sorprendentemente. EFT actúa eficazmente en la mayoría de todos estos problemas. Se requieren pocas sesiones, a veces una sola, y por lo tanto las ventajas en cuanto a coste y tiempo son enormes.

No somos vegetales, sentimos, pero ese “sentir” debe permitirnos crecer, abrirnos las puertas de la libertad y no constreñirnos ni limitarnos, y para eso, EFT es indudablemente la técnica más eficaz que conozco para ayudar a la persona a librarse del sufrimiento y contribuir a su desarrollo personal y profesional.

No se pierde nada por intentarlo.

Juan Pedro Valencia
Psicólogo, Madrid

eftpsicologia@yahoo.es
http://eftpsicologia.blogspot.com/

Nueva Terapéutica de las Emociones


En todo el mundo está naciendo actualmente una Nueva Terapéutica de las Emociones, sin medicamentos ni largas charlas psicológicas.
Recientes descubrimientos en neurociencia cognitiva nos indican que la inteligencia y la memoria emocionales son más accesibles a través del cuerpo que del lenguaje. Por ello en las últimas décadas se han desarrollado nuevos tratamientos como EFT, EMDR, OEI, TFT o Auriculoterapia que actúan a través de la estimulación táctil, visual o auditiva (o también con agujas en el caso de la Auriculoterapia) y logran una importante efectividad añadida  a los tratamientos convencionales que se venían utilizando hasta ahora, como el psicoanalisis, los tratamientos cognitivo-conductuales o la medicación.

Esta Nueva Terapéutica de las Emociones es integradora. Reúne conocimientos de campos tan variados como las neurociencias, la kinesiología o la acupuntura, la medicina y la psicología. Es también holística, ya que no trata aisladamente el síntoma o manifestación del problema, sino que resuelve las causas atendiendo a la persona y su organismo como un todo inseparable, ya que mente y cuerpo, cerebro emocional y fisiología están estrechamente unidos.

Miembros de una sociedad occidental y de países desarrollados, el hambre, la guerra o la falta de techo no representan un peligro inminente para la mayoría de nosotros. Nuestra mayor amenaza proviene de dentro: las tensiones, la inseguridad y la insatisfacción, el tedio, la frustración y la apatía (trastornos relacionados con el estrés, la ansiedad y la depresión) constituyen entre el 40-70% de las consultas de medicina general.

Esta nueva corriente terapéutica de las emociones arroja mayor luz sobre las causas y la vía de salida de estos atolladeros emocionales que representan la mayor fuente de infelicidad en nuestras vidas.

Pablo Pérez García
Pablo Pérez García, psicólogo

Teléfono: 629 835 699
pablo@akapsico.com
Gijón, Asturias.

Para mayor información sobre los trastornos y tratamientos del estrés, la ansiedad y la depresión PINCHE AQUÍ.

Estrés diario y estrés crónico


Cuando las contrariedades ocurren frecuentemente a lo largo del día y de la semana, pasan a tener gran impacto sobre el individuo, ya que una tras otra se van acumulando y sus efectos se van sumando hasta llegar a provocar graves deterioros en la conducta. Este cúmulo de contrariedades lo puede percibir el individuo como estrés diario.

 

Aunque los efectos sobre la salud  de estos estresores diarios o contrariedades parecen obvios por su cercanía en el tiempo y porque su significado es bastante puntual y claro, cuando estas vivencias de estrés diario están asociadas a situaciones concretas, si el contexto es frecuentemente el mismo y la persona carece de capacidades de afrontamiento efectivas, el malestar que ocasiona el enfrentarse a estas situaciones a diario es grande, y la persona precisa de experiencias positivas compensatorias para reducir el estrés que le generan. Si carece de ellas, la continuidad de estas situaciones cronifica la respuesta de estrés y los efectos sobre la salud y el bienestar se multiplican.

 

Hay investigaciones que relacionan peores niveles de salud con experiencias previas vividas como contrariedades. Las contrariedades también se relacionan con la enfermedad de Crohn (este proceso inflamatorio crónico, con dolor intestinal, diarrea, vómitos y nauseas, condiciona en el individuo que lo sufre un estado de ánimo más negativo, que a su vez repercute en sus actitudes hacia sí mismo, hacia la enfermedad y hacia los demás, que acentúan la percepción de amenaza y estrés de manera estable), con el síndrome de intestino irritable (que con su alta prevalencia y el tratamiento medico sintomático que recibe, también lleva a esa actitud de recelo, cinismo e irritabilidad emocional que tanto se relaciona con la agresividad y el estrés crónico), con la artritis reumatoide y las migrañas (el padecimiento de estos trastornos condiciona una actitud más negativa y tendente al estrés y la hostilidad como rasgo), con la enfermedad arterial coronaria y respuestas cardiovasculares acentuadas (directamente relacionadas con la respuesta de estrés), y con, en general, mayor riesgo de padecer enfermedades infecciosas y un decremento en la efectividad del sistema inmune que traen consigo una pérdida de calidad de vida y bienestar que tiende a sesgar las actitudes y conductas del individuo hacia la desconfianza, el cinismo, la hostilidad, negativismo, etc., que tanto acentúan el carácter tendente al estrés crónico.  

 

 

Cuando los sucesos diarios vividos como contrariedad son recurrentes, tienden a producir una cronificación del estrés. La diferencia entre entender, por ejemplo, que mi relación de pareja es mala y me está produciendo una situación de estrés crónica, o pensar en que no soporto ciertas actitudes y costumbres de mi mujer, que son puntuales pero que se dan varias veces a lo largo del día y día tras día, recurrentemente, puede ser muy relativa y subjetiva para la persona que lo sufre, y difícil de establecer para el profesional que debe hacer un diagnóstico diferencial entre ambas.

 

La sobrecarga laboral que puede provocar una situación crónica de estrés, a su vez provocará distintas situaciones estresantes como encargos que uno no tiene tiempo a llevar a cabo debido a esa sobrecarga laboral y que pueden ser conceptuados como estresores diarios, pero vinculados a una situación de estrés crónico. De manera que las contrariedades diarias pueden llegar a generar un estrés crónico si se repiten una y otra vez en el tiempo, y una situación vivida como  estresante que se repite y genera un estrés crónico puede manifestarse a través de distintos sucesos puntuales diarios o contrariedades.

 

Tanto los estresores diarios puntuales como los estresores crónicos, dependen en buena parte de la conceptualización que el individuo hace del hecho o de la situación y de los recursos de afrontamiento que posee, que a su vez vienen marcados por las experiencias anteriores y las relaciones tempranas. De modo que el hecho de vivir como contrariedades ciertos sucesos cotidianos y como estresantes ciertas condiciones de vida, igual que tiene un componente objetivo (el ruido o la contaminación son dañinas en sí y empobrecen la calidad de vida), también tiene uno subjetivo y que puede, en muchos casos, ser el mismo los dos casos. No poder superar, por ejemplo, el trato  desconsiderado de un compañero de trabajo, con estrategias como son el ignorar sus comentarios, la paciencia, la alianza con otros compañeros, el contraataque, etc. que se percibe manifiestamente, es una fuente de estrés crónico que genera, a su vez, situaciones diarias potencialmente estresantes. Un trauma relacional temprano o un vinculo inadecuado con el cuidador primario generará un deficiente desarrollo de las estrategias de coping, derivadas de una regulación emocional poco adaptativa, lo cual permite que el mal carácter de un compañero (que ni siquiera ha de ser tal, puede ser nuestra propia percepción sesgada por nuestras experiencias negativas la que nos haga verle de esa manera) nos genere una respuesta de estrés o distrés altamente perturbadora.

 

Por otro lado, el rebosamiento del estrés, debido a una situación de estrés crónica, puede llevar a focalizar la atención en las características negativas de las situaciones diarias, así como a interpretarlas de una manera aun más negativa, pasando a vivir situaciones triviales diarias (un atasco, por ejemplo) como contrariedades, de manera que el verdadero estresor queda enmascarado por una especie de acting en el que uno se queja de algo que tiene poca importancia o carece de ella, para así desplazar su atención y esfuerzo de la situación que primariamente le está provocando el malestar, y que es mucho más importante, precisa de más esfuerzo y genera más miedo y evitación, a otra secundaria (este es un mecanismo que tiene mucho que ver con los rasgos obsesivos y fóbicos). Esta situación de rebosamiento bien puede venir debida a experiencias anteriores negativas y vínculos tempranos inadecuados, que limitan al individuo para afrontar y resolver sus problemas, tomando como salida el desplazamiento hacia cuestiones secundarias.

 

 

 

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