Regresiones y Traumas: el “medio-ambiente” mental
Viene de: http://www.akapsico.com/2012/09/traumas-psiquicos-conciexes-conductasadictivas/
En cualquier caso, si estamos sintonizados con cualesquiera Campos de Pensamiento que nos hacen experimentar una Experiencia Traumática como propia, con los consecuentes dolores psico-emocionales, podemos perfectamente tratar dicha condición con las técnicas de psicoterapia indicadas para Traumas Psíquicos: EMDR, TIC, EFT, TFT, ICV, etc.
En todas estas técnicas de reprocesamiento e integración de las experiencias pasadas se utiliza la Regresión como instrumento para conectar a la persona con la experiencia vivida (o con la que se ha conectado y cree que ha vivido o vive como propia). Regresión viene de “regresar” y es simplemente “volver atrás” y reexperimentar lo vivido. Las Regresiones no tienen porqué ser a vidas pasadas: si yo sufrí un Trauma en la infancia y utilizo el EMDR para reprocesar ese trauma, necesariamente se produce una Regresión a la infancia, a dicho suceso. La Regresión es una capacidad natural del ser humano que nos permite un proceso terapeutico no por la regresión en sí, que puede retraumatizar, sino porque, una vez regresados, podemos implementar técnicas efectivas para reprocesar e integrar la información (EMDR, TIC, EFT, TFT, ICV, etc.).
Cuando con la memoria “regresamos” a experiencias pasadas, no regresamos a la experiencia tal cual, sino a nuestro recuerdo de ella, que habrá sido modificado con el paso del tiempo, con la experiencia y la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Cuando hablamos de regresiones a vidas pasadas, muchas veces lo que está sucediendo es una proyección del subconsciente, algo parecido al sueño. Al poner a la persona en un estado de conciencia alterado, el subconsciente aflora, y lo hace tal y como es, con sus contenidos simbólicos, como en el sueño: que yo pretenda regresar a una experiencia traumática que puede estar en la base de un trastorno de ansiedad, por ejemplo, y que en vez de a la infancia mi mente me lleve a una situación en la que los personajes aparecen vestidos como en la Edad Media, no quiere decir que necesariamente haya salido de mi cuerpo y haya viajado hasta una supuestamente permanente E.M. y haya revivido una experiencia propia, sino que puede estar sucediendo alguna de las situaciones que antes (en los artículos anteriores) ya se han descrito o bien podemos estar accediendo, gracias al aporte del subconsciente, al conflicto traumático de manera simbólica, y no a la situación fundante en sí, quizá como una manera de protegernos debido a que la situación fuera demasiado dolorosa como para afrontarla tal cual o como una manera de enriquecerla para aportarnos mayor comprensión.
Nuestro subconsciente actúa no como un economista, sino como un pintor surrealista. Y no ha de extrañarnos, ya que es lo que nos sucede cada noche en los sueños, en que se mezclan miedos, recuerdos de la infancia, de la película que recientemente vimos, etc. para contribuir al reprocesamiento de la información y al desarrollo de una personalidad integrada.
En conclusión: si bien creo que no hay porqué atribuir a sucesos de otras vidas malestares emocionales que experimentamos hoy, más aún si en esta vida hemos vivido situaciones duras que bien pueden ser la causa de dicho malestar, en cuyo caso lo indicado es tratar primero los sucesos potencialmente traumáticos de esta vida; así como que no debemos confundir las proyecciones subconscientes con viajes astrales o salidas del cuerpo; también creo que tanto las experiencias propias como las de personas que han existido en otro tiempo pueden perdurar en forma de “campos de pensamiento” (campos de pensamiento integrados si se mantienen aglutinados los de una persona en una vida en concreto) y que podemos “sintonizarlos”, conectar con ellos, y que ello constituye una oportunidad (en caso de que sean dañinos, ya que podemos acceder también a campos de pensamiento de todo tipo, algunos muy enriquecedores; de hecho, creo que lo hacemos continuamente) para “limpiar” ese “inconsciente colectivo” que es como nuestro “medio ambiente mental” (igual que si encontramos una colilla o una bolsa de plástico tiradas en la montaña podemos recogerlas y ayudar a manterla limpia, para beneficio de todos).
Resumiendo: si estamos vivenciando una experienica traumática, tratémosla, sea de quien sea ya que, al fin y al cabo, forma parte de todos y, resoviéndola, todos nos beneficiamos.
Pablo Pérez: Psicólogo, Psicoterapeuta
Oviedo y Gijón, Asturias