¿Qué me aporta la Ansiedad?
Hablar de Ansiedad es hablar de Insatisfacción.
Cuando yo no avanzo hacia la satisfacción de las necesidades que tengo como ser humano, surge la Ansiedad.
La In-satisfacción, la Ansiedad, aparece cuando de alguna manera me estanco, detengo el desarrollo integrado de mi personalidad o algo impide mi marcha, y esto puede suceder por muchas causas:
Cuando no me libro de mis sentimientos de culpa y tengo sin cubrir mi necesidad de estar en paz conmigo mismo, puede surgir Ansiedad; cuando no resuelvo mis conflictos con los demás y así se vuelven crónicos, me distancio de los otros y tengo sin cubrir mi necesidad de sentirme integrado en un grupo, ya sea familiar, social o de trabajo, y puede surgir Ansiedad; cuando no atiendo a mis propios sentimientos y los rechazo, me distancio de mi mismo y tengo sin satisfacer mi necesidad de estar conectado conmigo mismo, de conocerme a mí mismo, cuando mis miedos se apoderan de mí y mi necesidad de seguridad se resiente, cuando vivo un Trauma Psíquico y una parte de mí se detiene, se “congela” y mi personalidad no puede avanzar integradamente, puedo sentir Ansiedad; cuando no atiendo a mi intuición, a las sensaciones de mi cuerpo que me indican por dónde va el camino hacia mí mismo e impido la satisfacción de mi necesidad de autorrealización, cuando me vuelvo egoísta y miro sólo para mí, dejando sin cubrir la necesidad de ser útil a los demás, cuando me dejo llevar por mis deseos más materialistas y desatiendo la belleza que no se compra de la vida, el canto de los pájaros, un atardecer, dejando sin cubrir mi necesidad de armonía con todo lo que existe, de trascender, cuando por el ambiente en que vivo me intoxico, por sustancias o radiacaiones tóxicas y tengo sin cubrir la necesidad de estar limpio y equilibrado por dentro, puedo sentir Ansiedad; cuando me dejo llevar por mis apetitos y deseos corporales, por “el buen comer” o por la ebriedad, me engaño con un falso y pasajero sentimiento de plenitud que, a la larga, me deja una sensación de vacío aun mayor; cuando no me perdono a mí mismo por mis errores y no aprendo de lo vivido, me niego la necesidad y el derecho que tengo como ser humano de aprender a través de mis equivocaciones; cuando no avanzo de acuerdo con mi ser interior, con ese Maestro interno, ese programa básico personal, a la larga no me reconoceré a mí mismo y dificimente encontraré reconocimiento en los demás… y sentiré Ansiedad.
Pero si aprendo a reconocer estas señales que llamamos Ansiedad que me permite reconocer que algo en mí no va bien, que me estoy desviando, que me estoy distanciando de quien soy, puedo aprender mucho sobre mí mismo. La Ansiedad, cuando descubro de dónde viene, qué viene a decirme, y la atajo modificando la situación que la origina (que puede ir desde cambiar de ocupación a resover un Trauma Psiquico, pasando por retomar una vieja afición o aprender a meditar) puede convertirse en un maravilloso compañero de viaje, porque no tiene que ser más beneficioso aquello que nos proporciona comodidad que aquello otro que nos da un toque de atención y nos ayuda a reconducirnos en la vida, hacia los otros y hacia nosotros mismos de acuerdo con el Todo.
Pablo Pérez García: Psicólogo, Pscioterapeuta
Oviedo y Gijón, Asturias