Bacilofobia y Misofobia: fobia a los microbios y bacterias, gérmenes y suciedad.
En los casos de Bacilofobia y Misofobia el miedo patológico se centra principalmente en el material biológico, los olores corporales y la falta de higiene.
Estas fobias se vinculan con el aprendizaje para ir al baño y el control de los esfínteres. Además están relacionadas con la agresividad, tanto interna como externa, y la excitación sexual, así como con los aspectos escatológicos perinatales, por los que el recién nacido entra en contacto con distintas formas de material biológico (sangre, secreciones vaginales, orina e incluso heces).
Las personas que sufren estos trastornos no sólo temen ser contaminados ellos mismos, sino también el contagiar a los demás.
Son frecuentes los recuerdos en que se considera el esperma y el embarazo como algo sucio y peligroso.
Profundos enredos y una identificación con los contaminantes biológicos son, en muchas ocasiones, causa de una baja autoestima que conlleva una autodegradación y un sentimiento de repulsión hacia uno mismo. Esto suele asociarse con comportamientos que tratan de mejorar el exterior de uno, como en el caso del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). Por ejemplo, rituales que suponen un esfuerzo por evitar o neutralizar la contaminación biológica (como la persona que se lava las manos u otras partes del cuerpo de manera compulsiva). Este comportamiento puede ser tan excesivo que llega a lesionar e incluso producir sangre en la piel.
Las Técnicas de Integración Cerebral (TIC) son especialmente indicadas, por su eficacia y rapidez, para resolver trastornos de este tipo.
Pablo Pérez García, Psicólogo.
Nota: este artículo no contiene fotos por respeto a las personas que sufren este trastorno.