Ansiedad y Depresión: Neurofisiología y Psicofarmacología.
Distintos autores (Finch, Lipovsky y Casat, 1989; Dobson, 1985; Sandín, 1997) sugieren desde un entorno académico y basados en el rigor estadístico lo que se observa claramente en la clínica: la Ansiedad precede en muchos casos a la Depresión.
En el campo de la neurofisiología encontramos apoyo a esta observación clínica y resultados estadísticos: los estados de Ansiedad correlacionan significativamente con hiperactividad monoaminérgica (noradrenalina, serotonina, etc.) y la Depresión con hipoactividad: agotamiento del sistema (Gray, 1982).
Esto nos permite entender porqué ciertos psicofármacos diseñados para el tratamiento de la Depresión (inhibidores de la recaptación de la serotonina y/o noradrenalina) pueden generar a corto plazo mejoría en el Trastorno de Angustia/Desorden de Pánico (McNally, 1996), de la misma manera que nos indica la razón por la que dichos psicofármacos resultan a menudo ineficaces a largo plazo tanto para la Depresión como para el Trastorno de Angustia: si la Depresión es resultado del agotamiento de la Serotonina y/o Noradrenalina en el cerebro, y los fármacos psicoestimulantes lo que consiguen es que la poca cantidad de estos neurotransmisores que queda disponible esté más activa (no sea re-captada por la neurona presináptica), pero la Ansiedad continúa desgastando el sistema (hiperactivación noradrenérgica y serotoninérgica) es lógico pensar que, con el tiempo, el agotamiento del sistema sea cada vez mayor.
Esta circunstancia la viven miles de pacientes con Ansiedad y Depresión que confían el tratamiento de su afección a los psicofármacos: las dosis van subiendo en la mayoría de los casos (cuando la situación y/o respuesta de estrés/ansiedad no es pasajera y puntual), la marca y composición específica del medicamento va cambiando, y los estados/episodios depresivos se cronifican y, en muchos casos, la sintomatología se acentúa y se complica, no sólo debido al propio trastorno ansioso-depresivo, sino además debido a los efectos adversos de los medicamentos.Pablo Pérez García, Psicólogo.
Experto en Psicopatología y Salud.