El Trastorno Límite (TLP) lo podemos definir como un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la auto-imagen y la afectividad, y una notable impulsividad que comienza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos.
El miedo al abandono, la idealización-devaluación, los problemas de identidad, la falta de constancia, la impulsividad y las tendencias auto-lesivas son condiciones propias de este trastorno que hacen a la persona que lo padece sufrir mucho.
Las personas con TLP pueden ser diagnosticadas con facilidad de Bipolares. Sin embargo, las variaciones en el estado de ánimo de las personas con TLP suelen ser mucho más rápidas.
Este trastorno tiene un componente traumático muy importante, a menudo relacionado con el apego primario, que conviene abordar con mucho cuidado y respeto para forjar una buena alianza terapéutica y evitar los abandonos (cuestión que, por otro lado, es muy frecuente en estos casos, lo que puede llevar al desánimo tanto al terapeuta como al paciente).