Ni el Estrés, la Ansiedad o la Depresión son trastornos “simplemente psicológicos” ni la hipertensión arterial o los dolores de espalda, por ejemplo, son “estrictamente médicos”.
Estudios clínicos sugieren que entre el 50 y el 75% de todas las visitas al médico están motivadas sobre todo por el estrés y que, en términos de mortalidad, el estrés es un factor de riesgo más grave que el tabaco.
La mayoría de los medicamentos más utilizados en los países occidentales pretende tratar problemas relacionados con el estrés: los antidepresivos, ansiolíticos, relajantes musculares y somníferos, antiácidos, para la acidez y úlceras, y los dedicados a combatir la hipertensión y el colesterol.
Un Estrés Crónico provoca Ansiedad y Depresión, pero no sólo eso, sino también consecuencias negativas en el cuerpo: insomnio, arrugas, hipertensión, palpitaciones, dolor de espalda, problemas de la piel, de digestión, infecciones recurrentes, esterilidad e impotencia sexual.
Además afecta a las relaciones sociales y al rendimiento profesional: irritabilidad, pérdida de la capacidad de escuchar, descenso de la concentración, repliegue sobre uno mismo y pérdida del espíritu de equipo. Estos síntomas son típicos de lo que se denomina Sobrecarga Laboral o Burn-out.
Por ello es muy recomendable abordar un trastorno de este tipo de una manera integrada u holística que aborde los principales aspectos involucrados.
Hay varios aspectos profundamente involucrados en los trastornos relacionados con el Estrés, la Ansiedad y la Depresión, que son (pinchando sobre cada uno de los siguientes apartados accederá a amplia información relacionada):
- Traumas Psíquicos y Heridas Emocionales del Pasado: cerrándolas curamos nuestro Cerebro Emocional. (EMDR, TIC, Cromo-TIC, ICV, etc.)
- La Activacion Emocional y el Estrés: podemos aprender a controlarlos.
- La Inteligencia Emocional: desarrollarla para comprendernos y comprenderles.
- Integración social: para llenar ese “vacío”.
- Ejercicio físico, Alimentación y Luz: cuidar nuestro organismo para que él cuide de nosotros.
- Vacío espiritual: no sentirme conectado conmigo mismo, con los otros y con el Todo.
Pablo Pérez García: Psicólogo., PsicoOncólogo
Oviedo y Gijón, Asturias.
Teléfono: 629 835 699
pablo@akapsico.com
Referencias bibliográficas:
Servant-Schreiber, D. MD. PhD. (2003)”Curación Emocional”, Kairos.
Cummings, N.A. y N. Van den Bos (1981) “The twenty year kaiser permanent experience with psychotherapy and medical utilization: Implications for national health policy and national health insurance”, Health Policy Quarterly, nº1 (2), pp.159-175;
Kessler, L.G., P.D. Cleary, et al. (1985) “Psychiatric disorders in primary care”, Archives of General Psychiatry, nº42, pp.583-590;
MacFarland, B.H., D.K. Freeborn et al. (1985) “Utilization patterns among long-term enrollees in a prepaid group practice health maintenance organization”, Medical Care, vol. 23, pp. 1.121-1.233.
Grossarth-Maticek, R. y H.J. Eysenck (1995) “Self-regulation and mortality from cancer, coronary heart diseases and other causes: A propective study”, Personality and Individual differences, vol. 19 (6), pp. 781-795.
Las experiencias del pasado que vivimos con miedo, culpa o vergüenza, o que nos causaron un profundo daño, en ocasiones nos acompañan meses e incluso años después, gobernando nuestros sentimientos y produciéndonos dolor y sufrimiento.
Es necesario para superar el Estrés, la Ansiedad y la Depresión cerrar estas viejas heridas emocionales (consecuencia de traumas, abusos, accidentes, pérdidas de seres queridos, asaltos, enfermedades, que calaron hondo y no asimilamos adecuadamente).
Para ello son especialmente eficaces las siguientes técnicas (pinchando sobre los 2 siguientes apartados accederá, dentro de este mismo sitio, a información detallada sobre estas técnicas):
Pablo Pérez García, psicólogo
Gijón, Asturias.
Teléfono: 629 835 699
pablo@akapsico.com
El Miedo (Angustia, Pánico), la Agresividad (Hostilidad, Conflictos) y la Evitación (Fobias) son componentes centrales del Estrés y la Ansiedad. Nuestras emociones dependen de nuestro Cerebro Emocional (Sistema Límbico), quien además regula prácticamente toda la fisiología del organismo: respiración, ritmo cardiaco, tensión arterial, el apetito, el sueño, la libido, la secreción hormonal e incluso el sistema inmune.
Debemos pues aprender a regular nuestro Cerebro Emocional para tener mayor control, no sólo sobre nuestras emociones, sino también sobre nuestras reacciones fisiológicas.
Para ello no existe sólo un camino, sino muchos. Algunos de los más eficientes e innovadores son (pinchando sobre los siguientes apartados en naranja accederá, dentro de este mismo sitio, a información detallada sobre dichas técnicas):
EFT
Coherencia Cardiaca
Pero Técnicas de respiración, de Relajación, de Meditación o Auto-Hipnosistambién resultan adecuadas.
Lo fundamental no es qué técnica se utilice, sino utilizar la correcta en cada caso y de manera eficaz. Para ello, el Instituto HeartMath ha desarrollado en los últimos años una tecnología capaz de mostrarnos en la pantalla de un ordenador cómo responde nuestro Sistema Nervioso Autónomo, artífice de los cambios fisiológicos ligados al estrés, a las órdenes del Cerebro Emocional.
Pablo Pérez García, psicólogo.
Gijón, Asturias.
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La definición original y también más general de Inteligencia es el conjunto de las capacidades mentales que permiten predecir el éxito de un individuo. Esta definición, inspirada por A. Binet, trajo consigo la creación de un test “medidor” del CI (Coeficiente Intelectual) que aun hoy sigue siendo el más utilizado a la hora de valorar la inteligencia (WISC-WAIS).
Sin embargo, distintos estudios muestran que el CI no es siquiera capaz de predecir el 20% del éxito en la vida (posición social, relación de pareja, inclusión social, hijos, salario, etc.).
Es a partir de este hecho que los investigadores de las Universidades de Yale y New Hampshire crean el concepto de Inteligencia Emocional (posteriormente difundido por Daniel Goleman) en el que engloban una serie de capacidades que parecen ser responsables de ese otro 80% del éxito en la vida. Pero lo más importante es que, mientras que el CI (Coeficiente Intelectual) parece ser casi invariable a lo largo de la vida, el CE (Coeficiente Emocional) se puede entrenar y desarrollar como si de un músculo se tratase, lo cual da un giro sustancial a nuestra visión de la inteligencia: ya no somos más víctimas del CI con el que nacemos o que desarrollamos en nuestra infancia, sino que gran parte de nuestro éxito en la vida, de nuestra felicidad al fin y al cabo, depende del esfuerzo y tiempo que dediquemos a desarrollar nuestra Inteligencia Emocional.
Pablo Pérez García, psicólogo.
Gijón, Asturias.
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Se trata de factores que igual pueden ayudar mucho que dificultar gravemente el salir de un Trastorno relacionado con el Estrés, la Ansiedad o la Depresión.
El componente alimenticio más intimamente relacionado con el Estrés, la Ansiedad y la Depresión son los ácidos grasos esenciales Omega 3. Aunque hay muchos productos en el mercado que anuncian un “contenido en Omega 3”, es el equilibrio entre los Omega 3 y 6 lo principal. Los alimentos más recomendables para subir los niveles de Omega 3 son el pescado azul (preferentemente pescados pequeños, como la sardina o la anchoa) y el lino (tanto en semilla como en aceite).
Por su lado el ejercicio físico moderado y lúdico favorece la liberación de endorfinas, que estimulan el cerebro emocional y promueven sensaciones de satisfacción y capacidad personal.
La luz natural que recibimos a través de los ojos y de la piel regula la liberación de melatonina, la hormona del sueño (la exposición a la luz por la mañana puede ser un estupendo antidepresivo, ya que reduce el nivel de melatonina y activa el cerebro). Por eso en invierno y en condiciones de vida “in-door” los estados de ánimo están más deprimidos.
Pablo Pérez García, psicólogo.
Gijón, Asturias
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El Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), nos dice el criterio diagnóstico oficial DSM-IV, es consecuencia de la vivencia de un acontecimiento estresante y extremadamente “traumático”, donde el individuo se ve envuelto en hechos que representan un peligro real para su vida o cualquier otra amenaza para su integridad física, el individuo atraviesa una situación en la que se producen muertes, heridos o existe una amenaza para la vida de otras personas; o bien el individuo conoce a través de un familiar o cualquier otra persona cercana acontecimientos que implican muertes inesperadas o violentas, daño serio o peligro de muerte o heridas graves (Criterio A1).
La respuesta del sujeto a este acontecimiento debe incluir temor, desesperanza y horrores intensos (o en los niños, un comportamiento desestructurado o agitado) (Criterio A2).
Los síntomas deben incluir la reexperimentación persistente del acontecimiento traumático (Criterio B), evitación persistente de los estímulos asociados a él y embotamiento de la capacidad de respuesta del individuo (Criterio C), así como una persistente activación o estrés (Criterio D). Este estado debe durar más de 1 mes (Criterio E) y provocar un malestar elevado, deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la vida del individuo (Criterio F).
Cuando el individuo presenta sólo algunos de estos síntomas es común que se le diagnostique “Trastorno Adaptativo”.
Los síntomas pueden aparecer a los pocos meses tras el incidente o tardar años en manifestarse.
Sin embargo, en todo lo anterior no se nos explica porqué unos individuos se sobreponen a este tipo de situaciones y otros no, es decir, no se explica de qué depende que una persona quede traumatizada y otra no ante un mismo suceso. Como tampoco hace referencia a otro tipo de situaciones no relacionadas con la muerte que también pueden ser traumáticas.
En el tratamiento del Estrés Postraumático, como herramientas que multiplican la eficacia de los tratamientos psicológicos convencionales, se han desarrollado en los últimos años:
Enlace a artículos relacionados:
Condiciones personales que determinan la traumatización.
Situaciones potencialmente traumáticas.
¿Qué es un trauma?
Pablo Pérez García, psicólogo.
Según el criterio oficial DSM-IV la Crisis de Angustia o Ataque de Pánico se caracteriza por la aparición súbita de síntomas de aprensión, miedo a volverse loco, perder el control o morirse.
Durante estas crisis también aparecen síntomas como falta de aliento, hiperventilación, palpitaciones, extraños cambios en la temperatura de distintas partes del cuerpo, opresión o malestar torácico, malestar abdominal, temblores, dolores o rigidez musculares y sensación de atragantamiento o asfixia.
El Trastorno de Angustia o Desorden de Pánico (sin Agorafobia) se caracteriza por crisis de angustia repetidas e inesperadas que causan un estado de permanente preocupación al paciente.
Tras varias crisis de Angustia es común la aparición de Agorafobia.
En el tratamiento de la Angustia y el Pánico, como herramientas que multiplican la eficacia de los tratamientos psicológicos convencionales, se han desarrollado en los últimos años:
- Técnicas de Reprocesamiento e Integración Cerebral (LEER MÁS)
- Técnicas de Psicología Energética (LEER MÁS)
OTROS ARTÍCULOS SOBRE EL TEMA:
- Creencias Negativas e Interpretaciones Catastrofistas en la Angustia y el Pánico. (CLICK AQUÍ)
- Trastornos Asociados que tienden a aparecer junto a la Angustia y el Pánico. (CLICK AQUÍ)
- El Miedo: la creencia que acompaña a la Angustia (CLICK AQUÍ)
- Relación entre Estrés, Ansiedad y Angustia-Pánico (CLICK AQUÍ)
- Descripción pormenorizada de algunos síntomas de la Angustia-Pánico (CLICK AQUÍ)
- La Agorafobia como complicación de la Angustia-Pánico (CLICK AQUÍ)
Pablo Pérez García, Psicólogo Col.O-2138
Experto en Psicopatología y Salud
Teléfono: 629 835 699
pablo@akapsico.com
Gijón, Asturias.
Según el criterio oficial DSM-IV, la Agorafobia se caracteriza por la aparición de ansiedad o comportamiento de evitación (reacción fóbica) en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil (o embarazoso), o bien donde sea imposible encontrar ayuda en el caso de que aparezca en ese momento una crisis de angustia o síntomas similares a la angustia.
En realidad la Agorafobia es un intento más o menos consciente y escasamente eficaz de reducir la posibilidad de sufrir otro Ataque de Pánico o Crisis de Angustia (las personas que sufren de Agorafobia sin haber experimentado ataques de pánico o crisis de angustia son muy pocas; en estos casos, la Agorafobia está ligada a otro tipo de trauma psíquico y constituye, igualmente, un intento infructuoso por escapar a la posibilidad de volver a sufrir un trauma del mismo tipo o similar).
En el tratamiento de la Agorafobia, como herramientas que multiplican la eficacia de los tratamientos psicológicos convencionales, se han desarrollado en los últimos años:
- Técnicas de Reprocesamiento e Integración Cerebral (leer más-pinchar aquí)
- Técnicas de Psicología Energética (leer más-pinchar aquí)
Enlaces a artículos relacionados:
Pablo Pérez García, Psicólogo.
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Oviedo y Gijón.