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DESREGULACIÓN EMOCIONAL: concepto y origen


 DESREGULACIÓN EMOCIONAL

Thompson (1994) define la regulación emocional como “el proceso de iniciar, mantener, modular o cambiar la ocurrencia, intensidad o duración de los estados afectivos internos y los procesos fisiológicos (…)”, tratándose por lo tanto de “procesos externos e internos responsables de monitorizar, evaluar y modificar nuestras reacciones emocionales para cumplir nuestras metas”. En caso de alteración en algún aspecto de este proceso diremos que el individuo muestra Desregulación Emocional, frecuente en diversas patologías mentales.

desregulación emocional

¿Cómo surge la Desregulación Emocional?

Falta de reconocimiento emocional

Ante un problema presente, el individuo puede no ser consciente de cómo se siente y qué le ocurre.

¿En qué contexto se pudo haber aprendido este funcionamiento emocional? muy probablemente siendo niño/a hubo una escasa sintonía en las relaciones de apego (Teoría del apego) con sus cuidadores primarios. Así, el niño aprende a reconocer sus estados internos con la ayuda de un cuidador que actúa como espejo de sus emociones reflejando, explicando y dando respuesta a los mismos (Siegel, 2010). Si este espejo no muestra reflejo o no es coherente, el mundo interno del niño no evoluciona hacia la regulación emocional.

Del mismo modo, un progenitor centrado en sus propias necesidades por su alto nivel de malestar o problemas, no proporcionará oportunidades de aprendizaje emocional suficientes y este niño, al ir creciendo, desarrollará una tendencia a ignorar las necesidades propias y a centrarse en las de los demás, invirtiendo el rol de cuidado, lo que aumenta el riesgo de patología en el adulto.

Comprender nuestras emociones y necesidades como importantes

En este caso, puedo sentir mis emociones y comprenderlas pero no darles el valor o considerarlas secundarias o otros aspectos, lo que también aumentará la desregulación emocional.

¿Dónde puede surgir esta tendencia? el niño/a puede desarrollar una sensación de no ser importante para sus progenitores si estos están inmersos en sus propios problemas, por lo que sus emociones y necesidades tampoco lo serán. De igual modo, los cuidadores pueden mostrar una importancia disminuida hacia sus propias vivencias.

Las emociones secundarias: sentirse mal por sentirse mal

En este caso, se puede multiplicar el malestar si la persona tiende a juzgarse negativamente por sentirse mal, en lugar de tratar de comprenderse y autocuidarse. Por ejemplo, el individuo puede pensar que sentirse mal es producto de su debilidad y, por tanto, su culpa.

Frecuentemente, estas personas se han percibido juzgadas de un modo parecido y con frecuencia identifican algún cuidador crítico u hostil. Esta actitud puede darse con el propio paciente o haber sido testigo de cómo un progenitor humillaba, criticaba o agredía a otros.

Sumergirse en el malestar

Ante el malestar, algunas personas piensan que no hay nada que puedan hacer y se dejan envolver por ese estado percibiéndose sin recursos para salir de este estado. El individuo entiende como únicas opciones abandonarse a ese estado, esperando que el paso del tiempo lo solucione o buscando un rescatador externo que alivie su malestar.

En la la historia de estos pacientes aparecen personas de perfil depresivo o tendencia a la negatividad que amplificaron los estados emocionales desagradables, como la tristeza. También puede haber tenido modelos conductuales de importante desregulación emocional.

El malestar emocional también puede funcionar como un lugar seguro para ciertas personas con fobia al cambio o novedad. De este modo, no importa cómo de desagradables sean esas sensaciones, es mejor que la incertidumbre ante la novedad, a los vínculos íntimos…

Profecías autocumplidas

Nuestras creencias pueden intensificar o prolongar los períodos de malestar. Pensar en negativo, cuando lo negativo es recurrente, es una forma de introducir predictibilidad en un entorno caótico e incoherente.

¿Dónde aprendemos esta forma de pensar? en un entorno disfuncional, esperar que las cosas mejoren duele demasiado y, cada vez que se repite el daño, ese dolor es mayor. Como defensa, la persona aprende a no esperar que mejore la situación e incluso puede aprender que empeorará. Esta experiencia repetida en las primeras etapas de la vida se puede convertir en predicción.

 

Teniendo en cuenta la génesis y desarrollo de la Desregulación Emocional es imprescindible abordar los momentos del pasado donde se comenzó a gestar con la ayuda del EMDR (¿Qué es el EMDR?), además de proporcionar al paciente herramientas en el presente para la gestión emocional, como puede ser la Comunicación No Violenta (Comunicación No Violenta).

Os esperamos en Akapsico (Gijón),

Andrea Figar, psicóloga especializada en Psicoterapia con EMDR

 

 

DEFENSAS PSICOLÓGICAS II


Defensas psicológicas II

Siguiendo con las defensas psicológicas más frecuentes en pacientes con Trauma Complejo y Trastornos de Personalidad nos quedan por conocer las siguientes:

  • CAMBIO DE TEMA: la persona cambia de tema para evitar entrar en aquello que le cuesta ver. No es siempre consciente de ello y tendrá dificultades para entender cómo esto puede ser una interferencia, probablemente lo entienda como un proceso normal del pensamiento. Durante la terapia con EMDR (Técnica de Desensibilización y Reprocesamiento por el Movimiento Ocular: EMDR), el paso de un tema a otro puede ser una asociación normal. No obstante, puede suponer una desconexión de la experiencia que se intenta procesar o una disociación.
  • NEGACIÓN Y EVASIVIDAD: la persona puede negar al terapeuta o negarse a sí mismo la importancia de un tema o suceso. Puede evadir una pregunta o ignorarla. Esta evasividad puede ser evidente o expresarse con respuestas vagas e imprecisas, generalizaciones, como la imposibilidad de concretar en ejemplos o en el cambio de foco: cuando se ha escogido un tema a trabajar, inmediatamente el individuo remarca la importancia de otro, que posteriormente tampoco se considerará prioritario. Así, no es infrecuente que temas muy significativos sean comentados después de largos periodos de terapia, incluso cuando el terapeuta había preguntado inicialmente por ellos. Puede indicarnos que esa persona necesita un vínculo más potente para abrirse y contarnos algo respecto a ese tema o que intenta no hablar de ello para percibirlo como que no ha ocurrido.
  • RISA, SENTIDO DEL HUMOR: con algunos pacientes puede ser difícil centrar la sesión de manera productiva. Todo se convierte en motivo de risa. Otras personas pueden estar constantemente haciendo chistes o con actitud irónica sobre lo que cuentan, lo que puede dar falsa impresión de que no les afecta demasiado. Pueden haber recurrido al humor como mecanismo principal para lidiar con sus dificultades y esto se activa con el relato de su historia. En otros casos, la sonrisa automática les pudo proteger de mostrar un malestar que les hubiera traído consecuencias negativas o que no era aceptado expresar en su familia.
  • AUTOCRÍTICA: paradójicamente criticarse dura y constantemente a uno mismo puede en ocasiones evitar que la persona conecte con la realidad. Este acostumbrase al “machaque” continuo, y ante la idea de conectar con su yo más profundo, lo pueden utilizar en cierto modo para “aturdirse” y no pensar o no sentir. En otras ocasiones evitan así lo que más temen; la crítica de la otra persona.
  • POSPONER: cuando decidir genera incertidumbre o temor a equivocarse, la persona quiere evitar el esfuerzo que supone el proceso a realizar, o para no confirmar que es incapaz de llevarlo a cabo, el individuo puede posponer la decisión o la acción. Esto solo consigue aumentar el malestar porque no se resuelve el problema o la dificultad que lo ha originado. Por ejemplo, una conversación pendiente que dejo para más adelante me provoca alivio inmediato pero, a medio o largo/plazo, aumentará mi malestar.
  • PENSAMIENTO MÁGICO: consiste en pensar que una persona, cosa o  idea puede hacer que los problemas desaparezcan de forma instantánea o hacer que la persona se sienta feliz y segura. Pensamientos tipo: “Si tengo o consigo X, me encontraré bien”, “si mi madre cambiara, yo estaría bien”, “si tuviera dinero se acabarían todos mis males”… Pensar que “algo” hará que todos mis deseos se cumplan y que la solución de los problemas vendrá de parte de los demás o del mundo, en lugar de nosotros mismos. Los cambios que sí son posibles para esa persona no se ven o no se valoran, por lo que se descartan sin intentarlo, o como mucho al primer intento. Al ver que el deseo no se cumple, hay frustración y desilusión. Es imprescindible tener en cuenta que solamente las soluciones realistas, basadas en las opciones que son factibles en ese momento y están en nuestra mano, llevarán a auténticos cambios.
  • LA QUEJA: algunas personas están centradas en el resentimiento por todo el daño sufrido y por todas las ofensas recibidas. El relato es una descripción cargada de emoción de lo mal que los demás, el mundo y la vida los ha tratado.  Aunque sentir enfado cuando nos hacen daño es absolutamente natural, quedarnos estancados en esa emoción nos acaba envenenando y causado aún más sufrimiento, sin que nuestra vida se haga por ello más satisfactoria o  gratificante. La queja constante lleva a la persona a centrarse en la parte de la solución que no está en sus manos, como si les cediese a los demás el control sobre su vida. Esto deja al individuo en la indefensión más absoluta, como si no dependiera de él lo que ocurra.
  • CAMBIOS DE HUMOR SELECTIVOS O “SOLTAR LAS RIENDAS”: los síntomas son sentidos como el único modo, o el más eficaz, de comunicar algo. Estas situaciones generan rechazo, hostilidad, que los demás se distancien, y muchas otras consecuencias que generan malestar. La persona puede quedar así atrapada en una trampa relacional muy dañina, o ir sufriendo un  deterioro en sus relaciones, llegando incluso a perderlas. Diferentes ejemplos: hay ocasiones en las que las personas aprenden que llorando se acaban las discusiones o que solo cuando los demás los ven verdaderamente mal dejan de agredirlos o se preocupan por ellos. O puedne darse cuenta de que enfadándose se acaban las exigencias, o se corta la posibilidad de que alguien les lleve la contraria y tener así que escuchar algo que no les gusta.

    A veces la persona puede sentir una emoción o un malestar indeterminado, y no hacer ningún esfuerzo por controlarlo, no tanto para obtener una finalidad en la interacción con el otro, sino debido a que en estas explosiones se consigue un desahogo que no se ve fácil lograr de otro modo. Así, en una discusión se puede no poder freno o incluso “echar más leña al fuego” para poder liberar tensión acumulada previamente.

  • PERFECCIONISMO: algunas personas se centran en hacerlo todo bien. Aunque tiene que ver con el deseo de complacer, el perfeccionismo es algo más interno. La persona no puede permitirse a sí misma fallar. El fallar le hace entrar en contacto con profundos sentimientos de infravaloración  y creencias nucleares de “soy un inútil”, “lo hago todo mal”, “no valgo para nada”… En ocasiones, el perfeccionismo está basado en una sensación de que haga lo que haga nunca será suficiente, lo que se intenta apaciguar sin éxito haciendo más y más. En algunos personas el perfeccionismo se relaciona con el control y con la exigencia, y puede ir dirigida hacia el exterior y no solo hacia el interior.

defensas freud
Todas las defensas descritas anteriormente son cruciales para la comprensión del paciente con trauma complejo y para un buen desarrollo de la conceptualización del caso. La activación de las defensas puede ser muy sutil y es imprescindible añadirlas como psicoeducación en el proceso terapéutico. Cuando identificamos que se está activando una defensa, lo esencial es entender la función que tiene.

Si desmontamos las defensas antes de tiempo, podemos dejar a la persona demasiado expuesta y sin recuerdos. Ante esto se puede dar un empeoramiento de los síntomas y que incluso se produzcan conductas autolesivas o diversos comportamientos de riesgo. Por ello, necesitamos entender las defensas como extraordinarias fuentes de información sobre la estructura psicológica del individuo.

Espero que os haya resultado interesante y os haya servido para reflexionar sobre nuestras defensas y aumentar nuestro autoconocimiento.

 

Andrea Figar Álvarez

Psicóloga

MANEJO DE ESTRÉS EN LA INFANCIA: UN ESTUDIO


Manejo de estrés en la infancia

El estrés en la infancia tiene efectos negativos a corto y a largo plazo, por ejemplo: quejas somáticas, carencias en gestión emocional, ansiedad, depresión, trastornos de la conducta… Algunos factores estresantes con los que se encuentran los niños incluyen problemas familiares (estrés en los padres, discusiones, trastornos en los progenitores…), violencia (experimentada por el niño u observada), cambios de escuela o de ciudad, presión en el contexto escolar (por ejemplo, exámenes)… Por lo tanto, es tremendamente nutritivo adquirir Técnicas de Manejo de Estrés desde edades tempranas.

El objetivo de este estudio piloto era evaluar la efectividad de una técnica de manejo de estrés basada en la hipnosis aplicada en el contexto escolar (muestra de niños de 8 años) utilizando para su medida la variabilidad de frecuencia cardíaca (VRH). La VRH se describe como el fenómeno fisiológico de la variación en el intervalo de tiempo entre cada latido cardíaco que incluye tanto elementos simpáticos como parasimpáticos y, por lo tanto, es una medida referida al Sistema Nervioso Autónomo.

Para más información sobre Coherencia Cardíaca: Coherencia Cardíaca

Las hipótesis iniciales son las siguientes:

  1. Los niños que aprenden Técnicas de Manejo de Estrés tienen menos síntomas de ansiedad y una mejora de la variabilidad de frecuencia cardíaca (VRH), en comparación con los niños que no adquieren estas herramientas,
  2. Estas mejoras continuarían al cabo de un año.

Para medir el nivel de ansiedad se utilizó la Escala de Ansiedad Manifiesta Revisada (RMAS), utilizando la puntuación promedio de ansiedad total en cada grupo. Como medición cualitativa, se le pidió al profesor que completara un cuestionario al final para obtener la información sobre la utilidad percibida del aprendizaje de técnicas de manejo de estrés y su posibilidad de aplicación en el entorno escolar.

Al comienzo de la intervención, cada niño también fue instruido individualmente durante 5/ 10 minutos en respiración diafragmática. La Técnica de Manejo del Estrés consistía en: alrededor de un minuto de respiración diafragmática, cuatro minutos de estiramientos y movimientos (incluyen crecer como una flor y pararse como un árbol mientras se enfoca la atención en un punto), otro minuto de respiración profunda, y luego cuatro minutos de imaginación guiada (ejemplo: ir mentalmente a su lugar favorito donde se sienten seguros y felices). Esta instrucción fue llevada a cabo por la profesora durante 10 minutos diarios.

Resultados

Escala de Ansiedad Revisada

El grupo de control tiene una puntuación total bruta en ansiedad estadísticamente más alta que la del grupo que adquirió técnicas de manejo de estrés, pero las puntuaciones T de base para ambos grupos estaban dentro del rango no clínico (no son puntuaciones en ansiedad clínicamente significativas). En el seguimiento de 1 año, se encontró una pauta similar, con una continuación significativa de niveles más bajos de ansiedad en el grupo de intervención.

Escala Ansiedad Revisada

Variabilidad de Frecuencia Cardíaca

La puntuación basal de ambos grupos antes de la intervención fue la misma. Inmediatamente después de la intervención, ninguno de los grupos mostró un cambio estadísticamente significativo la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC); aunque el grupo de intervención mejoró, el cambio no fue estadísticamente significativo.

En el seguimiento a largo plazo, la VFC en el grupo de intervención mostró una mejora estadísticamente significativa. En el grupo de control, hubo una disminución en su VFC durante el seguimiento, lo que indica que los niños del grupo control fueron menos capaces de relajarse de lo que eran al inicio de la intervención.

Evaluación cualitativa

El profesor del grupo de intervención observó que el uso de técnicas de manejo de ansiedad era útil  a la hora de retomar la tarea por parte de los niños tras el recreo.

Discusión

Los resultados del estudio apoyan la hipótesis de que una intervención de manejo del estrés da como resultado una reducción de los síntomas de ansiedad informados y una mejora función autónoma (medida mediante la variabilidad de frecuencia cardíaca [VFC]), y que estos efectos continuaron a largo plazo. Además, tanto los profesores como los propios niños consideraron que estas técnicas fueron útiles para manejar los estresores diarios.

Los niños del grupo de intervención continuaron mejorando significativamente en el próximo año escolar, con un profesor diferente, diferentes compañeros de clase y sin realizar más intervenciones, lo que sugiere que los resultados descritos se debieron al aprendizaje de las Técnicas de Manejo de Estrés y no al maestro o a las interacciones entre estudiantes. En el mantenimiento y mejora en la gestión de estrés indudablemente inflye la práctica frecuente de estas técnicas, lo cual fue informado por los niños.

Es preocupante la disminución en la medida de variabilidad de frecuencia cardíaca (VFC) en el grupo control, ya que podría haber empeorado su capacidad para hacer frente a los estresores diarios y su regulación emocional en el plazo de un año.

manejo de estrés

Conclusiones

Se concluye que una breve intervención diaria en manejo de estrés en el contexto escolar puede disminuir los sentimientos de ansiedad y mejorar la capacidad de relajación del niño, aumentando así su resiliencia y su adaptación presente y futura a las vicisitudes vitales .

Sería interesante para próximos estudios tener en cuenta el tiempo necesario de intervención para ver estas mejorías, así como obtener información biográfica previa de cada participante.

 

Documento fuente: Efectos de una intervención en Manejo de Estrés en una escuela primaria

 

Andrea Figar Álvarez

Psicóloga

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)


Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): Definición

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad se ha descrito como un conjunto de síntomas de intranquilidad motora, de impulsividad, de reducida capacidad atecional, de dificultades específicas de aprendizaje (dislexia, en particular) y de inestabilidad emocional.

Antes de los 4 años los síntomas son difíciles de distinguir de los comportamientos normales. Se suele identificar con más frecuencia en la escuela primaria, cuando la inatención es más destacada y deteriora el rendimiento. A continuación, una tabla con los síntomas preponderantes según la etapa evolutiva del niño:

ESTAPA PREESCOLAR Hiperactividad
ETAPA PRIMARIA Inatención
ADOLESCENCIA Hiperactividad menos frecuente y puede limitarse a inquietud o impaciencia
EDAD ADULTA Puede ser problemática la impulsividad aun cuando hiperactividad haya disminuido

Epidemiología

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad se presenta en el 3-5% de la población escolar. El ratio niño/niña: 4-9/ 1 (posible infradiagnóstico en niñas). También se ha visto que esta etiqueta disminuye su frecuencia en la adolescencia con respecto a la niñez, sobre todo en varones. Es más frecuente que aparezca en clase social baja o situación psicosocial adversa.

De todos modos, entre el 50-80% siguen mostrando problemas en la adolescencia: aunque los problemas centrales del TDAH podrían disminuir (especialmente hiperactividad), aún persistirían otros como el mal rendimiento, consumo de tóxicos, problemas sociales…

El seguimiento en la edad adulta muestra que entre el 50-65% manifiesta diferentes formas de problemas principales del trastorno: situación desventaja escolar/laboral, posición laboral baja o historia inestable, depresión, conducta antisocial…

¿Qué predice esta estabilidad o resultado negativo?Las interacciones familiares, situación de adversidad y la posición social.

¿Cómo se describe el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad? Criterios Manual Diagnóstico Diferencial de Trastornos Mentales (DSM-5)

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad ...

No se ha podido identificar un déficit específico de atención en TDAH, aunque hay un mayor apoyo a un déficit en atención sostenida, es decir, en tareas que implican una atención mantenida durante un largo período de tiempo y discriminación de estímulos relevantes. El déficit de atención aparece frecuentemente en situaciones monótonas, aburridas o rutinarias.

Respecto a la hiperactividad, está referida tanto a un exceso de actividad como a una actividad inoportuna. Se caracteriza por un movimiento excesivamente enérgico, de cualquier modo, desoganizado y carente de objetivos. Se suele presentar más a menudo en situaciones muy  estructuradas o sedentarias.

Por último, la impulsividad sería la deficiencia en la inhibición de la conducta. Estos niños son incapaces de controlar su conducta y demorar la gratificación. Se ha demostrado que correlaciona con el nivel de hiperactividad y no es un factor independiente.

En el grupo con predominio de déficit de atención hay mayor proporción de niñas, de mayor edad y con mayor deterioro académico. En el grupo combinado (síntomas de déficit de atención y de hiperactividad/ impulsividad) hay mayor número de niños y un deterioro general mayor.

Problemas asociados

El niño con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad puede tener problemas asociados: Dificultades específicas del aprendizaje (DEA) y problemas emocionales principalmente.

Entre el 15- 20% de DEA se acompañan de TDAH y la mayoría de niños DEA tienen problemas socioemocionales pudiendo ser estos últimos consecuencia de la experiencia de fracaso en el aprendizaje.

Se estima que entre el 40- 50% de los niños con TDAH también presentan diagnóstico de DEA.

La comorbilidad con los trastornos del comportamiento también es muy elevada en muestras clínicas, estimándose que entre 20-60% de niños con TDAH presentan también Trastorno disocial y Trastorno Negativista Desafiante y en niños con Trastorno Disocial el 90% presenta TDAH.

Cuando se presenta TDAH y otros trastornos del comportamiento normalmente hay relación con conductas antisociales en los padres, conflictos matrimoniales, estrés materno y una mala comunicación o problemas en la díada padre/madre- hijo.

TDAH

 

Para más información sobre el trastorno aquí dejo estudios de interés:

Perfil TDAH y comorbilidad

Introducción y Etiopatogenia TDAH

 

 

Andrea Figar Álvarez

Psicóloga

Caja de Arena: terapia de juego


Caja de arena: origen y funcionamiento

La caja de arena es un instrumento terapéutico desarrollado por la pediatra y psiquiatra inglesa Margaret Lowenfeld (1890-1973), quien descubrió cómo, a partir de un juego que integra la experiencia táctil con la arena, el agua y los juguetes en miniatura, el niño o adulto se contacta con una parte de su pensamiento, de su mundo emocional y del recuerdo de experiencias vividas. A través del mundo que construye en ese escenario el paciente, exhibe su mundo interior y exterior, y se torna en disponible para su propia observación.

El paciente, para poder expresarse, depende de espacios concretos que, como la caja de arena, le permitan tener la sensación de estar solo consigo mismo, al tiempo que, lo inaceptable, negativo o desagradable de su ser, es puesto sobre algo tangible. Allí se encuentran, tanto el interior como el exterior de sí mismo, compartido con el terapeuta. Una de las orientaciones básicas es un espacio libre y protegido, donde pueda sentirse seguro, tranquilo y sin interrupciones producto de influencias externas

El terapeuta cumple la función de observador, de acompañante silencioso y promueve el establecimiento de una relación empática con el paciente, que le permite expresarse sin temor a ser juzgado ni de recibir órdenes del terapeuta.

caja de arena

 

¿De qué se compone la caja de arena?

Las figuras en miniatura deben, según Pattis (2011), ofrecer objetos comunes a la cultura, a la vez que desconocidos. Se recomienda que haya muñecos suficientes, de manera que el paciente no experimente sensaciones como pobreza y escasez, pero con la precaución de no ofrecer demasiados, de tal manera que lo saturen, le inhiban y se dificulte su elección y ubicación.

Es decir, se debe presentar al paciente los objetos necesarios en la caja de arena para que, con ellos, pueda representar su mundo, en pequeña escala. Debe haber figuras que representen elementos de la naturaleza, como plantas, animales domésticos y salvajes que sean terrestres, o bien aéreos y acuáticos, así como objetos inanimados, como piedras, conchas o trozos de madera; personas de diferentes sexos, razas, edades y profesiones. Viviendas con todos los elementos necesarios; figuras bélicas, como pistolas, aviones de guerra, cuchillos, lanzas, entre otros; figuras fantásticas temibles y siniestras: ataúdes, esqueletos, la Muerte, el Infierno, espíritus, monstruos, brujas o magos y figuras de las diversas religiones. También, se pueden añadir otros objetos, como bolas de cristal, tornillos, tapas, botones, retazos de tela, o cosas pequeñas, sin una forma específica, que le permitan al paciente representar lo que su estado mental demande en la caja de arena.

 

¿Cómo interpretamos lo representado en la caja de arena?

Para interpretar las escenas, es necesario tener en cuenta tanto la historia personal y clínica del paciente como su situación actual. También debe registrarse lo que verbaliza, su interacción con el terapeuta, estados de ánimo y comentarios mientras trabaja con la arena. Cuando plasma una escena sobre la arena hay que observar su impacto en el paciente y en el terapeuta, pero su significado se amplía si, además, se tiene en cuenta la manera cómo se utilizó el espacio, la arena y los sentimientos que florecieron en el momento del contacto con ella, el uso de los objetos, los colores predominantes, el significado simbólico de las figuras y la naturaleza dinámica o estática de las escenas (Kalff, 2007).

Bajo el esquema Junguiano la interpretación le permite al terapeuta comprender el juego y el estado emocional de su paciente, pero no se le comunica lo hallado, pues esto podría limitar su expresión, e impediría la apertura que tanto se busca.

 

Artículo relacionado: EL reflejo de la realidad interna en el juego

 

Andrea Figar Álvarez

Psicóloga

PSICOSIS Y EXPERIENCIAS TRAUMÁTICAS


Psicosis y trauma psicológico

Un gran número de estudios han destacado el papel de experiencias traumáticas tempranas como factor predisponente importante para una gran variedad de trastornos psicopatológicos como trastornos del estado de ánimo y de ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos de la personalidad, trastornos disociativos, trastornos por abuso de substancias y psicosis (MacMillan et al., 2001; Nelson et al., 2002; Pereda, Gallardo-Pujol y Jiménez Padilla, 2011; Read y Bentall, 2012). Respecto a la psicosis, las experiencias traumáticas han sido consideradas como uno de los factores predisponentes y/o precipitantes en el desarrollo de un psicosis en personas con vulnerabilidad.

psicosis

Estudios de la relación entre trauma y psicosis

Concretamente, como muestra de la asociación entre psicosis y experiencias traumáticas, Varese y colaboradores (2012) llevaron a cabo un exhaustivo meta-análisis en el que combinaron un total de 36 estudios (18 caso- control, 10 prospectivos y 8 con población general), incluyendo aproximadamente a unos 80.000 individuos. La psicosis se definía como la presencia de experiencias psicóticas atenuadas o como trastornos psicóticos. Por lo que se refiere a las experiencias traumáticas infantiles, contemplaron abusos sexuales, psicológicos o emocionales, negligencia, bullying y fallecimiento de los padres, ocurridos antes de los 18 años, encontrando una relación significativa entre la presencia de dichas experiencias y la psicosis (odds ratio =2.78).

En nuestro país, destaca el estudio llevado a cabo por Álvarez y colaboradores (2011), donde analizaron la prevalencia de experiencias traumáticas infantiles en 102 pacientes con trastorno mental grave (esquizofrenia, trastorno bipolar y trastorno esquizoafectivo), encontrando que casi la mitad de los pacientes (47.5%) había sufrido abusos en la infancia. Así, el 22% de los hombres y el 18% de las mujeres referían abusos físicos, y el 28% y 42% respectivamente informaban de abusos sexuales previos.

En el caso de la esquizofrenia, la presencia de síntomas positivos ha sido relacionada con historia previa de trauma (Hammersley et al., 2003; Hardy et al., 2005; Read et al., 2003; Shevlin et al., 2011). Un gran número de pacientes que han sufrido experiencias de abuso en la infancia presentan sintomatología positiva, como alucinaciones auditivas y visuales, ideación paranoide, inserción del pensamiento o ideas de referencia (Ross, Anderson y Clark, 1994). En muchos de estos estudios, el contenido de dichas alucinaciones se encontraba relacionado con el trauma sufrido previamente (Hardy et al., 2005; Heins, Gray y Tennant, 1990; Read et al., 2003; Read, Bentall y Fosse, 2009).

Por lo que se refiere al tipo de maltrato, si bien es cierto que la mayoría de los estudios se han centrado en el análisis de la relación entre abuso sexual y psicosis, al añadir otros tipos de maltrato como maltrato psicológico, negligencia o abandono y abusos físicos y al darles el mismo peso en el estudio, se apunta a una importante relación entre estas formas de maltrato y la psicosis. Así, varias investigaciones han encontrado que el maltrato psicológico es la experiencia traumática más frecuente referida por los pacientes con trastornos del espectro esquizofrénico (Álvarez et al., 2011; Margo y McLees, 1991; Muenzenmaier, Meyer, Struening y Ferber, 1993).

¿Cómo podemos intervenir?

Una de las intervenciones con mayor apoyo empírico para el tratamiento del trauma psicológico es La Técnica de Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular (EMDR) de Francine Shapiro. Para más información sobre esta técnica: EMDR

 

Artículos relacionados con el tema:

Relación entre trastornos psicóticos y experiencias traumáticas tempranas

Trauma infantil y trastornos psicóticos

 

Andrea Figar Álvarez

Psicóloga

Taller de Mindfulness en Las Caldas


Taller MIndfulness Nov 2018 Las Caldas

Psicólogo EMDR: Reestructurando las memorias disfuncionales


psicologo EMDR

EMDR y TraumaAunque el psicólogo EMDR inicialmente se centró en abordar Traumas puntuales, tras años de experiencia algunos autores prominentes han visto que es muy útil en muchas otras condiciones psicopatológicas.

Mi propia experiencia como psicólogo EMDR, tras casi 10 años tratando Traumas Psíquicos, es que la mayoría de estos no son “supertraumas”, quiero decir, no son lo que la mayoría de las personas entiende por Trauma (ejemplo: una violación, un secuestro, etc.), sino situaciones repetidas, a menudo normalizadas: abusos, negligencias y maltratos.

Una de las grandes ventajas del EMDR es que permite una reestructuración de la memoria, muy necesaria cuando una persona ha vivido sometida desde pequeñita a relaciones irrespetuosas o dañinas, ya que uno tiende a sentirse culpable o a negar lo que sucedió o quitarle importancia, lo cual contribuye a la aparición y cronificación de determinados desajustes psico-emocionales (ansiedad, depresión, etc.)

No siempre somos conscientes del potencial postraumático de ciertas vivencias, y podemos tener un problema de ansiedad o depresión y pensar que no hemos sufrido traumas, aunque una exploración profunda a menudo revelará que sí.

Cuando trabajamos con EMDR la persona puede llegar a establecer relaciones entre situaciones vividas y síntomas del presente y luego asimilar e integrar las vivencias traumáticas, dejándolas atrás definitivamente, percibiendo un alivio manifiesto del malestar o una resolución completa de este.

Hay muchos trastornos psico-emocionales que tienen un componente traumático (Trastorno Límite, Trastornos Disociativos, Trastornos Alimentarios) y que pueden ser abordados con EMDR, adaptando el abordaje y enriqueciéndolo con distintas herramientas complementarias.

En mi experiencia, algunas de las técnicas que pueden complementar y enriquecer el EMDR de manera más eficiente son las de Psicología Energética y las Técnicas de Integración Cerebral, aunque también la Integración del Ciclo Vital, la Coherencia Cardiaca o la Terapia de los Estados del Ego me resultan muy útiles.

Pablo Pérez García

Psicólogo EMDR

Miembro de la Asociación EMDR España

 

Ataque de Pánico


Ataque de Pánico vuelve a ser el nombre que recibe oficialmente lo que hasta hace poco se llamaba Crisis de Angustia y que muchos nos habíamos acostumbrado a llamar “Ataque de Ansiedad”.

El actual criterio diagnóstico oficial DSM-V de la APA dice que un Ataque de Pánico (o Ataque de Ansiedad) consiste Ataque de Pánicoen: la aparición súbita de miedo intenso o malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos y durante este tiempo se producen 4 o más de los síntomas siguientes: 

  1. Palpitaciones o aceleración de la frecuencia cardiaca.
  2. Sudoración.
  3. Temblor o sacudidas musculares.
  4. Sensación de dificultad para respirar.
  5. Sensación de ahogo.
  6. Dolor o molestias torácicas.
  7. Nauseas o malestar abdominal.
  8. Mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
  9. Escalofríos o sensación de calor.
  10. Parestesias (entumecimiento u hormigueos).
  11. Desrrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).
  12. Miedo a perder el control o volverse loco.
  13. Miedo a morirse.

Además, el propio manual diagnóstico comenta: se pueden observar síntomas específicos de la cultura (ejemplo: acúfenos, dolor de cuello, dolor de cabeza, gritos o llanto incontrolable).

Muchas personas que sufren un Ataque de Pánico acuden a urgencias, y a la mayoría se les informa sobre esto, pero mientras que el abordaje inmediato oportuno puede ser la medicación, a medio y largo plazo es necesaria una psicoterapia para identificar y tratar las causas de este (nunca es fortuito) así como sus consecuencias (un Ataque de Ansiedad puede constituirse como un trauma en sí mismo y generar síntomas añadidos de Ansiedad como los característicos de la Agorafobia).

Tratamientos de Psicoterapia recomendados en caso de Ataque de Pánico:

EMDR (leer más: http://www.akapsico.com/emdr/)

Psicología Energética (leer más: http://www.akapsico.com/psicologia-energetica/)